Nostalgia en Las Llanas

Sestao permanece paralizada desde hace días ante la convocatoria de Copa de esta noche. La visita del Athletic al River ha revolucionado el bullicioso municipio de la Margen Izquierda. El campo de Las Llanas, uno de los feudos históricos en España que se hace centenario en 2023, repite la misma escena que en enero de 2020, hace casi tres años, cuando se vieron las caras ambos protagonistas también en la segunda eliminatoria (sigue el partido en directo en AS.com). Los leones se impusieron por un rotundo 0-4. La de hoy es una velada plagada de nostalgia para Valverde y su sempiterno ayudante Azpiazu, que militaron a mediados de los años 80 en el ya desaparecido Sestao Sport, el precursor del actual Sestao River.

Los leones vuelven a la competición oficial tras el parón mundialista con los ánimos por las nubes, disfrutando en Liga de la zona Champions y tras cuatro partidos, a cual más divertido y convincente, con ocho goles a favor. Guruzeta, autor de tres de ellos, no deja de reclamar más minutos. Han sido un grupo arrollador, y llegan con ganas de repetir el papel notable de estas tres últimas ediciones del torneo del KO, con dos finales, perdidas, eso sí, y una semifinal. El Athletic tratará de imponer su jerarquía, con tres categorías por encima del enemigo. No va a haber exceso de confianza, como ya se vio ante el Alzira en el cruce previo.

Y al otro lado del campo, un Sestao River no menos en forma y líder destacado en el Grupo II de Segunda Federación. Lleva una temporada sobresaliente, con solo una derrota y seis puntos de ventaja en lo alto de la tabla sobre sus inmediatos perseguidores, el Utebo aragonés y el Tudelano navarro.

Se espera que Valverde, con tiempo por delante hasta el retorno a la Liga, el día 29 en el Villamarín ante el Betis, alinee a su mejor equipo disponible, con Agirrezabala, eso sí, el meta reserva, el elegido para la Copa. Balenziaga, Herrera y Morcillo se quedan finalmente fuera. Nostalgia para Valverde y para Uriarte, cedido por el Athletic en Sestao. Es de la generación de Nico Williams, la de 2002. Ambos podrían reencontrarse en el terreno de juego.