Un niño despedaza al Benfica

El Benfica avisó en la primera jornada ganando al Estrella Roja y argumentó su nivel arrollando al Atlético de Madrid en la segunda. Pero el Feyenoord se ha encargado de bajar el suflé en Da Luz. Los holandeses fueron mejores o, al menos, hasta que encajaron el gol de Aktürkoglu en el minuto 66. Antes, habían marcado dos y el VAR le había anulado otros tantos de la forma más polémica que se le permite al VAR.

Los portugueses empezaron dominando, pero el Feyenoord se lo hizo pagar con un gol a la contra. Cuando el equipo de Bruno Lage se disponía a salir de su campo, robaron el balón, y Timber encontró rápidamente a Paixão al espacio. El brasileño lo hizo perfecto y se la cedió atrás a Ueda, que solo la tuvo que empujar para marcar el 0-1 en el 12′. El Feyenoord siguió atacando, pero el Benfica se repuso con un remate al palo de Bah. Parecía un respiro para los aficionados locales... hasta que encajaron el segundo. Por suerte para ellos, el VAR señaló que había una falta previa sobre Otamendi que hizo enfadar a todos los aficionados holandeses que viesen la repetición. Una infracción un tanto surrealista.

No se vino abajo el equipo de Priske y marcó a través de Milambo. El joven de 19 años hizo un golazo, ni más ni menos. Recibió en la frontal, le tiró un caño a Otamendi y luego fusiló a Trubin. El Feyenoord atacaba mejor, más rápido y más preciso. Pero quien seguía siendo determinante era el VAR. Esta vez anuló un tanto de Pavlidis tras un jugadón del Benfica por fuera de juego previo.

Pasó de todo en la primera parte, no tanto en la segunda. El Benfica quiso remontar saliendo a por todas desde el principio, pero no parecía tener demasiados argumentos. Pavlidis lo evidenciaba en una contra que solo condujo él y que terminó desperdiciando con un tiro lejano. Trauner marcó el tercero, pero ahí estuvo el VAR para anularlo por un fuera de juego milimétrico. Entonces hubo un arrebato de orgullo en el Benfica, porque Aktürkoglu, incansable, enganchó un balón en el área para recortar distancias. En las jugadas siguientes exigieron al máximo a Wellenreuther, pero el ex de, entre otros, el Mallorca, se mantuvo firme. Pareció ser un espejismo, porque tampoco se les vio más. Sí repitió Milambo, quien cerró el partidazo del Feyenoord con un golazo desde la frontal que ni el VAR pudo evitar. Como cuando en Navidad dejan al niño poner la guinda al pastel.

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