U. BERLIN - R. MADRID | TIM JAUER

Jauer: “Rüdiger jugaba de niño hasta de delantero”

Tim Jauer entrenó a Rüdiger entre los 9 y los 12 años en el SV Tasmania. Desgrana en AS los orígenes de un joven Toni que, en aquella época, “jugaba de todo”, hasta de “delantero”.

Berlín (Alemania)
Jesús Álvarez Orihuela | Hagen Nickélé

Antes del Real Madrid, del Chelsea, de la Roma. Antes de Carlo Ancelotti, de Thomas Tuchel, de Maurizio Sarri, de Antonio Conte... Mucho antes de erigirse como uno de los mejores centrales de Europa, en la vida de Antonio Rüdiger estuvieron el Tas y Tim Jauer. Toni, como le llama Tim, era un niño de Neukölln. Un niño que disfrutaba del fútbol en su barrio. De club en club. A los 15 años, en 2008, saltó a la academia del Borussia Dortmund, pero se había ido moldeando en el VfB Sperber Neukölln (2000-2002), SV Tasmania Berlin (2002-2005), Neuköllner Sportfreunde 1907 (2005-2006) y el FC Hertha 03 Zehlendorf (2006-2008). En el citado Tas, como se le conoce cariñosamente al club, fue donde más tiempo pasó y allí coincidió, entre otros, con nuestro protagonista, Tim. A sus 42 años, entrena ahora a los juveniles del Tennis Borussia Berlin y también dirigió al SV Tasmania que ahora mismo se encuentra en quinta división. Pero cuando su historia se entrecruza con la de Antonio Rüdiger es entre 2002 y 2005, entre los 9 y los 12 años de Toni. Una etapa en la que Tim Jauer compaginaba su labor como portero del primer equipo y técnico en las categorías inferiores. En medio de un viaje por las raíces de Rüdiger, AS se cita con Tim para conocer un poco más los orígenes del central blanco.

¿Durante cuántos años entrenó a Antonio?

Trabajé con él en el equipo Sub-10 y Sub-11.

¿Era Neukölln un lugar complicado en aquella época?

Para mí, como neuköllner, es difícil formarme una opinión. Era mi casa, era Neukölln a secas. Desde pequeño estás solo. Tienes que aprender a abrirte camino, a tener respeto por las cosas y los demás, pero nunca miedo. Si tienes éxito en el deporte, la verdad es que te ganas rápidamente la aceptación. Sobre todo, entre los jóvenes. Pero Neukölln era en aquella época un lugar muy agradable. No importaba la edad, la condición física, el color de la piel o la religión. Te consideraban una persona. Sin más. Y todo el mundo se reunía en el campo de fútbol para competir. No importaba lo duro que fuese el partido, después las rencillas se quedaban ahí.

“Rüdiger era muy divertido y popular. De joven ya era un cachondo, como ahora”

Tim Jauer, entrenador de Rüdiger de niño

¿Cómo era de niño?

Toni era muy ambicioso. Y muy divertido y popular dentro del equipo. A pesar de ser el jugador más joven, los más mayores siempre le aceptaron.

No le pesaba esa diferencia de edad.

Era muy impulsivo y a veces quería ir demasiado rápido, avanzar a toda velocidad. Y cuando veía que algo era injusto, se enfadaba. No sólo por él eh. Siempre defendía a sus compañeros como un león.

Empezó joven a moldear su carácter.

Tuvo que aprender pronto a imponerse a jugadores mayores que él y más grandes. Creo que eso moldeó su carácter actual. Pero como te digo, Toni ya era entonces una persona muy divertida. De joven ya era un cachondo, como ahora. Y sobre todo era una persona cariñosa. Eso es, también, lo que sus hermanos y sus padres le enseñaron.

“Rüdiger tuvo que aprender pronto a imponerse a jugadores mayores y más grandes que él, eso moldeó su carácter actual”

Tim Jauer, en AS

¿Jugaba ya de central?

Toni jugaba de todo. De hecho, a nosotros nos ayudaba mucho cuando lo hacía de delantero. Era muy valioso en ataque, porque era muy fuerte físicamente y muy ambicioso.

¿Tenía algún apodo? Él mismo ha reconocido que le llamaban ‘Rambo’

Yo no me acuerdo de Rambo, la verdad. Nosotros sólo le llamábamos simplemente Toni y Máquina.

“Rüdiger siempre defendía a sus compañeros como un león”

Tim Jauer

¿Recuerda alguna anécdota en especial?

No es una anécdota como tal, pero lo que más recuerdo de él es que, cuando se enfadaba a veces, tenía que tomarse un breve descanso. Su corazón se aceleraba tanto en un momento puntual que se le notaba incluso en la parte superior del cuerpo. Respiraba de manera muy acelerada, prácticamente le temblaba el pecho. Pero al cabo de un minuto volvía a estar totalmente concentrado. En ese momento volvía al campo y marcaba el gol de la victoria. En realidad, ocurría a menudo.

Pero lo que más me impresionó siempre fueron los padres y hermanos de Toni. Su madre siempre fue muy amable. Era un placer tratar con ella, era muy cariñosa. Y sus hermanos también sacrificaron mucho tiempo para llevar a Toni a los entrenamientos y luego, de vuelta a casa sano y salvo. Tenían un gran espíritu de equipo.

“Cuando se enfadaba, a veces tenía que tomarse un breve descanso. Su corazón se le aceleraba, respiraba de manera acelerada... Pero al cabo del minuto volvía a estar totalmente concentrado. Volvía al campo y marcaba el gol de la victoria”

Tim Jauer, sobre el temperamento de Rüdiger

¿Ha vuelto a hablar con él?

No muy a menudo, lo hago más con Sahr. Por supuesto que sigo su carrera y me alegro mucho por él. También por su familia. Se han ganado su nivel de vida actual. Nadie les ha regalado nada como familia y sinceramente me alegro mucho por ello.

¿Entrenó entonces también a su hermano?

Conozco a Sahr de mi etapa como jugador en activo en el Tas. Siempre tuvimos una buena relación. Incluso de niños. Sólo nos llevamos cuatro años. Todavía hoy mantenemos una buena relación y le tengo en gran estima.

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