CELTA 2 - ESPANYOL 2

Aprobados y suspensos del Celta: Mingueza mete la pata en su primera misión como celeste

El ex del Barcelona llevaba dos minutos sobre el terreno de juego cuando en el tiempo de descuento cometió un inocente penalti. La Chachoneta mejoró con Tapia.

Quality Sport ImagesGetty

Marchesín: Debutó en la Liga sin estrenar su casillero de paradas. Nada pudo hacer en los dos goles que encajó, el segundo de penalti. Transmitió seguridad en las salidas.

Hugo Mallo: Diésel. Le costó arrancar, pero en la segunda parte el marinense ofreció su habitual despliegue ofensivo. Inicia la jugada del 2-0 asociándose por dentro y jugando con criterio.

Aidoo: Primera jornada, primer regalo. Sirve en bandeja a Edu Expósito el 2-1 con un despeje defectuoso. Durante el resto del partido estuvo impecable y ejerció de líder de la zaga.

Unai Núñez: No se complicó. Contundente en el juego aéreo y sin arriesgar con el balón en los pies. Se le vieron las costuras en una jugada en la que salió de posición y lo desbordó Rubén Sánchez.

Javi Galán: Imparable en el segundo tiempo. Desequilibró como si fuera un extremo y puso el centro que Paciencia convirtió en el 2-0. El Espanyol atacó muy poco por su banda.

Beltrán: No se encontró. Padeció la superioridad numérica de los visitantes en la medular hasta el descanso. Con la entrada de Tapia adelantó su posición y apenas tuvo incidencia en el juego.

Óscar: Dejó dudas haciendo de Denis. Perdió un balón muy comprometido por dar un pase en horizontal y no pudo dar fluidez al juego de su equipo ante el trivote espanyolista en el centro del campo. Aun así, el tanto de Aspas nace de un envío del talaverano al área. Mejoró tras el descanso, partiendo desde la izquierda y moviéndose con libertad.

Solari: Pasó desapercibido hasta que asistió Aspas con una inteligente dejada de cabeza. Esa conexión con el moañés en el descuento de la primera parte no evitó la sustitución del argentino al descanso. Su presencia en el once inicial es un mensaje claro de Coudet a la directiva, que quiere desprenderse del interior.

Cervi: Despliegue sin brillo. Poco participativo en los primeros 45 minutos, al descanso Coudet lo cambió de banda y el Chucky, al igual que el resto del equipo, estuvo más cómodo en el segundo tiempo. Antes de irse al banquillo, en el minuto 89, regresó a la izquierda y en su última intervención sufrió una falta que le costó la amarilla a Óscar Gil.

Iago Aspas: Magia inmortal. La corona de máximo goleador español de la Liga la empezó defendiendo con un tanto inverosímil. Según la tecnología de Microsoft que emplea la retransmisión televisiva, solo tenía un 10% de posibilidades de batir a Lecomte en la acción del gol. Un porcentaje que tratándose del moañés es mucho. Ha conectado muy bien con Paciencia.

Paciencia: Su primer gol en la Liga lo define. Primero, aprovecha su juego de espaldas para descargar a la banda y, segundos después, cabecea ganándole la partida a un central de la jerarquía de Cabrera. Ha caído de pie en el Celta.

Tapia (entró por Solari): El Celta se transformó con su aparición a la vuelta de los vestuarios. El peruano ganó los balones divididos y asumió la manija de la medular. Sus sensaciones fueron tan buenas que incluso se atrevió con un potente lanzamiento desde fuera del área. El limeño, que la pasada campaña aportaba muy poco desde el banquillo, puede ser el noveno fichaje para la Chachoneta de confirmarse su recuperación para la causa.

Carles Pérez (entró por Paciencia): Mejor en la banda que como acompañante de Aspas. Debutó con la camiseta celeste actuando en punta, una posición en la que no entró en juego. Los primeros destellos de su verticalidad los ofreció una vez que Coudet lo situó en la derecha.

Gabri Veiga (entró por Óscar): Potencia. Moviéndose como enganche se conectó inmediatamente al partido, poniendo su zancada y fortaleza física al servicio del equipo. Es el canterano preferido del Chacho.

Mingueza (entró por Cervi): Metió la pata en su primera misión en la Liga como jugador del Celta. Dos minutos después de haber comparecido sobre el terreno de juego y haberse colocado como central en una línea de tres, cometió un inocente penalti sobre Joselu en el tiempo de descuento. El contacto es tan evidente como innecesario, porque el delantero se encontraba de espaldas a la portería. El exceso de ímpetu propició el error del ex del Barcelona.

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