Alex Morgan, impacto mundial

Alex Morgan no se ha ido. A pesar de su retiro, nunca desaparecerá. El icono americano, un año después de anunciar su adiós definitivo al fútbol profesional, recibió un homenaje a lo grande. De esos que dan la vuelta al mundo. Su club, el San Diego Wave de la NWSL, dio el paso de retirar su dorsal, el número 13.

“Esto no era posible para la Alex de 7 años”

Morgan

“Esto no era posible para la Alex de 7 años. Esa Alex soñaba con jugar al fútbol, pero ni en mis sueños más salvajes podía imaginarme aquí, viendo mi dorsal retirado. Simplemente no era posible... Y ahora lo es. Estoy agradecida que suceda aquí, en mi casa. Esto significa todo”, pronunció en su discurso, muy emocionada.

La carrera de la de California fue imparable. De la costa oeste al Portland Thorns, el Orlando Pride y dos incursiones en Europa: primero en el Olympique de Lyon y más tarde en el Tottenham. En esta etapa en la Premier no viajó sola, lo hizo con su hija recién nacida. Su imagen dando el pecho en el banquillo en los entrenamientos dio la vuelta al mundo. Fue ella una de las que demostró que se puede ser madre y seguir jugando al más alto nivel.

Lo que logró Alex Morgan en el fútbol fue mucho. Hizo historia tanto a nivel de clubes como con la selección de Estados Unidos, donde vistió la camiseta en 224 ocasiones (anotando 123 goles). Su palmarés es envidiable: campeona del mundo, de JJOO, de la Champions, de la NWSL... Pero hay muchos más logros en lo social. Morgan fue de las primeras jugadoras del mundo en hacerse icono. En abrir las puertas al resto de niñas en un deporte que, entonces, parecía solo apto para hombres.

Las marcas más importantes de Estados Unidos apostaron por ella. Hace ya 15 años se podía ver su imagen en pleno Times Square. El tiempo les dio la razón, convirtiéndose en un icono planetario. Una estrella. Fue una de las que abrió las puertas a lo que hoy disfrutan Alexia, Aitana y cía.

Con el estadio a reventar, Morgan se convierte en la segunda jugadora de la NWSL a la que le retiran el dorsal, tras su compatriota Megan Rapinoe. Su legado será imposible de borrar, nunca.

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