El Mónaco evalúa en Europa a una Real lanzada

La Real Sociedad quiere trasladar a Europa el gran estado de forma por el que atraviesa en la Liga, en la que lleva seis jornadas seguidas sin perder, con cinco victorias y un empate. Su racha es espectacular, porque desde que cayera en la primera jornada contra el Barcelona, no ha vuelto a perder. Y tiene más mérito si se tiene en cuenta que está afrontando estos últimos partidos con una plaga de bajas nada habitual, llegando a tener hasta diez jugadores fuera de juego. El Mónaco evaluará la fiabilidad de esta meritoria Real en un partido que se antoja, además, clave en el devenir del grupo B de esta Europa League. Porque una derrota txuri-urdin podría comprometer su futuro europeo al quedarse con un punto y sumar seis el equipo monegasco, que ya ganó en la primera jornada al Sturm Graz, al que visita esta vez el PSV. Podría ser el principio para decir adiós al primer puesto que este año tiene el premio doble de clasificarte directamente para octavos de final.

Por todo ello, el partido de esta tarde en Anoeta no es un partido más. Encierra un valor estratégico muy grande: o relanza las aspiraciones de la Real o le deja muy rezagado, aunque todavía haya tiempo de todo. Así que la Real se lo debe tomar como una especie de primera final europea, tomar la iniciativa y demostrar a todo el continente que lo que está haciendo en LaLiga se puede trasladar a la Europa League, competición en la que algunos ya le empiezan a meter en el grupo de los llamados a dar la sorpresa. Se lo está ganando a pulso. Pero eso puede venirse abajo en un abrir y cerrar de ojos, como un castillo de naipes. Porque los de Imanol Alguacil llegan lanzados a este partido contra el Mónaco, pero al mismo tiempo siguen muy condicionados por las muchas lesiones que está sufriendo en este inicio de temporada

El entrenador realista recupera para la causa a Ander Barrenetxea. Es el único de la larga lista de bajas que ha podido entrar en la convocatoria, en la que también está por sorpresa el delantero del filial, Jon Karrikaburu, a pesar de sus problemas de pubis. No está para muchos trotes, pero es un buen recurso para el ataque en la segunda parte. Porque Sorloth sigue de baja, e Isak tampoco ha sido convocado, a pesar de que trabaja ya con el grupo. Así que en la recámara le quedará el ‘panzer de Elizondo’, porque toda la pólvora del primer equipo la pondrá Imanol sobre el césped. No le queda otra con tanto en juego, y con la ilusión que ha despertado el choque entre la afición de la Real, que volverá a llenar el aforo limitado de 24.000 espectadores de Anoeta. Después de que año pasado se jugara en Europa con las gradas vacías, este partido es casi una bendición que se espera en Donostia con los brazos abiertos.

Anoeta recibirá con las mejores galas europeas que dejan las restricciones a un Mónaco que por plantilla y presupuesto no hay duda que es uno de los grandes equipos de esta competición, pero que llega tras su inicio dubitativo en su liga doméstica, seguramente influido por su eliminación en la previa de la Champions. Un equipo joven, dinámico y fuerte físicamente que tiene probablemente la segunda mejor plantilla de Francia después de la galáctica del Paris Saint Germain. Con jugadores internacionalmente conocidos como Cesc, Golovin o Ben Yedder, más otras promesas francesas que darán mucho que hablar en pocos años. Contra este Mónaco empezará a jugarse la habichuelas europeas una Real que llega lanzada, pero que debe refrendarlo ante un rival de entidad.