ATLÉTICO DE MADRID

“Sólo se puede romper una carga negativa saliendo campeón”

El ‘Mono’ Burgos ha concedido una entrevista para el número de septiembre de la revista francesa ‘SO FOOT’ en la que aborda muchos temas.

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Germán Burgos se despidió al final de la pasada temporada de la que fue su casa durante los últimos ocho años y medio, el Atlético de Madrid. El argentino, que llegó al club en diciembre de 2011 de la mano de su compatriota Simeone para ser el segundo de éste, dijo adiós al conjunto rojiblanco tras la eliminación en cuartos de la Champions ante el Leipzig en Lisboa. Burgos ya había anunciado antes de retornar la competición tras el parón por el coronavirus que a final de curso abandonaría la entidad para iniciar su carrera como primer entrenador. A la espera de encontrar destino, ha concedido una extensa entrevista a la revista francesa ‘SO FOOT’.

Por supuesto, comenzó hablando de su gran amigo y mentor, Simeone. “Con el Cholo somos amigos, como jugadores estuvimos juntos casi diez años en la selección y casi cuatro años en el Atlético de Madrid. Él levanta la vista y yo ya sé lo que va a decir. En la selección comíamos juntos, o sea, yo he comido más veces con Simeone, Batistuta y Pablo Cavallero, que así formaba la mesa, que con mi familia”. Respecto a la labor concienzuda del técnico del Atlético, Burgos asegura que se considera “un poquito más obsesivo que el Cholo. En realidad, es porque a mí no me gusta nada más que el fútbol. Eso de mirar fútbol antiguo, como hago yo, que me pongo a ver partidos de los años ’70, creo que él no lo hace. Yo no miro otra cosa”.

Un asunto que se trata en la entrevista es si consideran que el hecho de haber jugado en la élite como futbolistas les puede afectar al ego a la hora de entrenar y que eso se transmita a los jugadores, el ‘Mono’ afirma que “es al contrario, porque no te recuerdan como jugador, por ahí algunos ni te vieron. Entonces ¿a quién le hablas? Le tienes que hablar con lo que eres, y lo que te marca es el presente. Eres esto, eres entrenador. Agarra a cualquier entrenador y dile que corra cien metros. No puede correr, no aguanta. Entonces ya está, esa etapa ya fue. Te presentas como entrenador y te tienen que creer como entrenador, no por lo que hiciste antes. Eso da igual”.

Burgos todavía no ha encontrado equipo para estrenarse como primer entrenador en la élite, aunque ya hizo sus pinitos en un club humilde de Madrid, el Carabanchel, y el argentino habla de esta etapa. “Ahí viví la experiencia de ser primer entrenador, que es maravilloso. Era el camino que debía recorrer y guardo unos recuerdos fantásticos. Ahí alcancé mi primer torneo, logramos ascender al equipo, salimos la plantilla menos vencida y delantera más goleadora. Es una división regional, algo hermoso. No obstante, estuve dos años en el Tercera del Atlético de Madrid y un año en el Alcorcón. O sea que tuve mi preparación antes de ir al Catania”.

También habló, como era de esperar, del club rojiblanco, del que afirma que “una carga negativa siempre puede haber, como la hemos tenido nosotros en el Atlético, que llevaba 14 años sin ganarle al Madrid. Imagínate que un pibe nació, estaba casi por terminar el instituto y no había visto a su equipo ganarle una sola vez al rival de la ciudad. Es jodido. Cambiar eso sólo se logra con convencimiento positivo de que un día tiene que ser. Y justo ganamos un campeonato también. Entonces eso en el Atlético ya no se ve, esa carga negativa que traía la gente ya no existe más. Pero necesitas salir campeón para romper eso, es la única manera”.

Si hay algo que ha caracterizado esta etapa de Simeone y su ayudante en el banquillo del Atlético es la devoción que les tenían la gran mayoría de jugadores que han estado a sus órdenes y Burgos da la receta para conseguirlo. “Los jugadores necesitan ser conducidos y para eso tienes que conquistar su corazón. Es como si fuese una novia. Con tus armas, tienes que enamorarlo al jugador, como si tuvieras que enamorar a esa chica. Lo tienes que agarrar de la mano y llevarlo. Pero eso sí, cuando el jugador te entrega su corazón, no lo defraudes. Esa es la condición tácita que hay, porque él te está dando la vida, se está quemando el culo por ti. Una vez que te dio el corazón, bueno, vamos juntos. Cada jugador el espíritu ya lo tiene, y uno como entrenador lo puede moldear o no, porque también se te puede desbarrancar”.

Incluso, tuvo palabras para algunos jugadores de su época en el Atlético. “Diego Costa es un depredador, es como una fuerza de la naturaleza, una tormenta, un viento huracanado que tienes que controlar, porque si lo sueltas… O sea, le tienes que hablar mucho, y eso hacemos, esa es parte importante de nuestra tarea. Pero el ejemplo más claro de una transformación, de un desarrollo positivo de un jugador en cuanto a lo que hemos hecho nosotros como cuerpo técnico en el Atlético, creo que es Griezmann y también pueden ser Koke o Saúl, que además son chicos de la casa”.

Durante tu trayectoria como futbolista profesional tuvo muchos entrenadores, pero a la hora de elegir a los mejores destaca dos nombres: Carlos Griguol, que fue su primer míster en Ferro, y Luis Aragonés. Burgos declara que “veo en los dos lo mismo. Son tipos con los que se aprende incluso más allá del fútbol. Aprendes a vivir, porque te ven caminar y ya saben lo que les vas a decir, saben si estás preocupado, si estás nervioso”.

Del ‘Sabio de Hortaleza’ recuerda, además, que fue fundamental para que pudiese sacarse el título de entrenador. “Son cursos particulares, reducidos, para gente que ha jugado en selección o una cierta cantidad de años en alto nivel. Yo entregué los papeles y estaba tranquilo, con ocho años en la selección, imagínate. Pero no sé qué saltó y decían que no me dejaban participar en el curso. En ese momento estaba Luis Aragonés de entrenador de la selección española. Entonces Luis me cita en una sala acá en Las Rozas. Aparece un secretario, y de entrada el tipo ya tenía una actitud como servil hacia Luis. Le empezó a explicar de buenos modos el por qué yo no podía ingresar al curso. Y éste lo cortó a los gritos: ‘¡¿Quién tiene la llave?’ retumbó en todo el complejo. El secretario empezó a tartamudear. Luis metió un puñetazo en la mesa y siguió gritando: ‘¡Cómo este hombre no va a ser entrenador!’. El secretario se fue, volvió al minuto y le dijo: ‘Burgos ya está inscrito, don Luis’.

En la extensa entrevista también se cuentan cuestiones personales y anécdotas del ex ayudante de Simeone.

Habla de temas como su sentido del humor: “Nace de mi familia. Siempre fuimos de reírnos de todo y, entre todos, de pasar las angustias o lo que fuera con ese mecanismo. Creo que viene de ahí. Fíjate en eso que decía mi abuela, que si hubiéramos comido menos, habríamos sido millonarios. ¡Tiene razón! Mi vieja hacía malabares con las milanesas, cocinaba una montaña de milanesas”. Incluso trata el tema de los marcianos, asegurando que le encantan y que alguna vez le había comentado al Cholo que “ustedes no le dan bola; le van a dar bola cuando los marcianos hagan un equipo y se presenten en la liga”.

Además, analiza un tema espinoso, como es el de las barras bravas en Argentina y su enfrentamiento con los hinchas de Platense. “Yo no era tanto de pelear como muchos piensan, pero a veces uno tiene que hacerlo. Esa vez me peleé para defenderme, y peleamos bien, eh. Eran varios ellos, como ocho, y el que me dio lo hizo con una manopla, fue una linda pelea. Lo bueno es que a ese hincha de Platense me lo encontré después, cuando yo ya estaba en River, y él me decía: ‘Yo te pegué, yo te pegué’, y yo le hacía gestos de que estaba todo bien. Lo reconocí por los dientes al tipo, tenía muy pocos, pero esa pelea estuvo espectacular, parecía una del lejano oeste”.

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