Un esprint colombiano en vísperas del Tourmalet
Molano evita el tercer triunfo de Groves en la volata final de Zaragoza, previa a la etapa reina de los Pirineos. Kuss sigue líder y Roglic recortó 4 segundos.
Este viernes es un día grande en La Vuelta: se sube a Su Majestad el Tourmalet, el puerto más importante de la historia del ciclismo, un clásico del Tour que se estrena en el mapa de la ronda española. Esta exigente incursión en los Pirineos franceses, que incluye las ascensiones al Aubisque y a Spandelles, se alza como la etapa reina de la presente edición, un recorrido decisivo que prolongará su dureza al día siguiente con la subida a otro imponente coloso más desconocido de la cordillera: el fronterizo Larrau. La suma de ambas debería aclarar mucho la clasificación general, a falta de una tercera semana que también exhibe puntos calientes: Angliru, Cruz de Linares y la Sierra de Guadarrama.
Después de la desidia mostrada en algunas etapas, como esa subida borreguil a La Laguna Negra o el injustificado recorte de Montjuïc, hay ganas entre la afición de que lleguen ya estos trayectos decisivos, donde es muy difícil esconderse. La Vuelta 2023 presenta una participación tan estelar que no merece esta continua desgana. Son los propios gallos quienes eligen cuándo es el día de la batalla, como ya hicieron en la trepidante jornada de Javalambre, que no todo ha sido abulia en el presente certamen. Los líderes del Jumbo, que han ascendido de bicefalia a tricefalia gracias a la solidez del maillot rojo, Sepp Kuss, tienen la oportunidad de apuntillar a un robusto Remco Evenepoel, con menos equipo alrededor que sus rivales, pero con igual o más fortaleza. Tres españoles, Juan Ayuso, Enric Mas y Marc Soler, también están al acecho para pescar alguna buena pieza en la marejada.
Los líderes llevan dos días de descanso activo, por lo que tienen pocas excusas para no ofrecer espectáculo el viernes y el sábado, salvo que se inventen algún motivo para un nuevo plante. El único que se movió camino de Zaragoza fue Primoz Roglic, que atrapó cuatro segundos en el esprint intermedio de Villanueva de Gállego, que le colocan a 1:32 de su compañero Kuss y a 23 segundos de su oponente Evenepoel. Un pellizco más.
Fuera de esa meta volante, el guion de Zaragoza fue el previsto. Hubo una escapada a ninguna parte, protagonizada por los dos equipos españoles invitados, el Burgos y el Caja Rural, que mostraron su eterno agradecimiento con esta aventura imposible. Por un lado, Jetse Bol, veterano en estas lides en su sexta Vuelta. Por otro, Abel Balderstone, debutante. El Alpecin controló en todo momento la osadía de los dos soñadores, en busca de la tercera victoria de Kaden Groves, que no sucedió. Juan Sebastián Molano, colombiano de 28 años, brillantemente lanzado por Rui Oliveira, sorprendió al velocista australiano. La victoria que se le escapó en Tarragona por un suspiro, se la metió esta vez en el zurrón.
El triunfo de Molano supone también una inyección de moral para el UAE Team, uno de los equipos más potentes del pelotón, que tiene a tres ciclistas situados en el top-8, un tridente que no se conforma con ser testigo del duelo Jumbo-Evenepoel: Marc Soler, a 26 segundos del líder; João Almeida, el candidato más tapado, a 2:16 minutos; y Juan Ayuso, que se recupera de su dolorosa caída del miércoles, a 2:25. Al alicantino se le ilumina la cara con la palabra Tourmalet, el puerto al que viajó de niño para aplaudir en el Tour de Francia. Este viernes le aplaudirán a él.