VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 15

Castrillo: “Esto es un puto sueño”

El español se mostró exultante después de su segunda victoria de etapa en esta edición de La Vuelta. Empezó en el hockey hielo antes de llegar al ciclismo.

Cuitu Negru
PEPE ANDRESDIARIO AS

Pase lo que pase en la semana que queda de La Vuelta 2024, hay un nombre que estará ligado para siempre a la edición de este año. Es el de Pablo Castrillo (23 años), que suma dos etapas en cuatro días, algo que un español no hacía en La Vuelta (doblete) desde Alejandro Valverde en 2018. Y, además, Castrillo se impuso en dos jornadas montañosas como Manzaneda y, especialmente, el Cuitu Negru.

Un triunfo que perdurará durante mucho tiempo en el recuerdo de la carrera, siendo además un corredor de un equipo invitado, el Kern Pharma, que está viviendo en una nube durante todas estas semanas desde el inicio en Lisboa, aprovechando y dando brillo a una invitación que está más cara que nunca, como pocas veces se ha visto. Sin embargo, Juanjo Oroz, el director, mostraba toda su confianza tras varias fugas fallidas, e incluso volatas: “Va a llegar, chicos (la victoria), va a llegar”. Y vaya que si llegó. Por partida doble y con Castrillo como protagonista en ambas.

“Esto es un puto sueño. Si tras ganar la primera no me lo creía, hacerlo en el Cuitu Negru… ganar dos etapas es la hostia, y Manolo Azcona (fundador de la estructura fallecido la pasada semana) estará sonriendo desde ahí arriba”, dijo el corredor, corpulento e, igualmente, escalador. Con inicios en el hockey hielo, un deporte que practicó durante muchos años, el tener a su hermano Jaime en casa (28 años, también cantera Lizarte, paso por Movistar, Kern Pharma y retirada hasta este verano, que volvió a correr en Portugal tras pasarlo realmente mal durante un tiempo) le empujó a meterse de lleno en el ciclismo.

“Tenía a mi hermano de referencia y me enganché… y hasta ahora”, añade el aragonés, que utilizó la experiencia de Manzaneda para repetir este éxito. “Miré varias veces los videos de aquel día y echaba muchas miradas hacia atrás, lo que me hacía perder bastante fuerza. Esta vez no. Además, tenía menos nervios porque ya había ganado antes. Ataqué con más decisión y un pedaleo fuerte”, explicó un sonriente, y tímido Pablo. Vigilado desde hace tiempo por los grandes, esta perla en ciernes, que en AS desveló su ambición en el inicio de esta Vuelta, llegó a aguantar a Vingegaard un mano a mano durante unos kilómetros en O Gran Camiño. Para entonces, el Ineos ya le tenía en su radar, y no le dejó escapar, adelantándose por un corredor cuyo caché subirá tras La Vuelta hasta cotas difícilmente imaginables.

En el Cuitu Negru corrió como todo un veterano, atacando en una de las partes más duras, siendo atrapado por su principal perseguidor, Vlasov, pero sin dejar que en ningún momento le tomase la delantera. “Cuando le vi llegar, observé que iba tan fastidiado como yo, por eso pensé que era buen momento para volver a atacar. Nunca pensé que pudiese ganar en una cima tan mítica”, desgranó un orgulloso aragonés que tenía a Fernando Escartín (de la tierra y director técnico de La Vuelta) como un referente. “Nos abrió muchas puertas”, concluyó la revelación de La Vuelta. Un corredor diferente.

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