TOUR DE FRANCIA

El “gran error” de Pogacar

Eddy Merckx, siempre con buenas palabras hacia Tadej, pone en duda la preparación del esloveno, que estuvo casi dos meses sin competir, en esta edición.

JESUS RUBIODiarioAS

El Tour de Francia llega a su fin. Tres semanas después, se resuelve una incógnita que, en su momento, no lo parecía tanto. Dinastía o sorpresa, era la dicotomía que se planteaba. Finalmente, se han roto los esquemas. París acogerá la coronación de Jonas Vingegaard. El danés, pese al segundo puesto en 2021, no partía ni como líder indiscutible de su equipo, con Primoz Roglic como segunda parte de la bicefalia, pero ha sido el encargado de evitar lo que parecía inevitable: la tercera victoria seguida de Tadej Pogacar, que amenazaba con implantar una tiranía de años, indestructible, destinada a convertir la Grande Boucle en algo previsible. El Jumbo ha sido un engranaje colectivo perfecto y Jonas, con permiso de Wout Van Aert, el corredor que ha dado la hora exacta, que le ha parado el tiempo al esloveno.

Un ejercicio de estrategia, poderío y piernas encomiable que elevará aún más a la escuadra neerlandesa, encargada de proclamar la ley del miedo a lo largo de toda la temporada, pero que también ha podido combinarse con un Pogacar menos imponente, medio peldaño por debajo de su nivel supremo. El mismísimo Eddy Merckx ha abierto el debate, si es que no existía ya. “No esperaba la victoria de Vingegaard, pero, desde el principio, pensé que Pogacar no era tan fuerte como el del año pasado. Creo que el esloveno preparó el Tour de Francia menos que otros años. Al hacer solo la Vuelta a Eslovenia... hubo un error en la preparación. Puede que se lo haya tomado a la ligera”, reflexiona El Caníbal, en declaraciones recogidas por EFE.

Pogacar arrancó la temporada en el UAE Tour, a finales de febrero. La primera victoria en una primera parte del curso que daba continuidad a su retahíla de éxitos, eterna. Luego, sin descanso, el esloveno se imponía en la Strade Bianche y revalidaba tridente en la Tirreno-Adriático. Milán-San Remo (5º), A través de Flandes (10º), Tour de Frandes (4º), Flecha Valona (12º)... y parón. 56 días, casi dos meses, hasta el Tour de Eslovenia, su preparación particular de cara a la gran cita francesa. Mientras el Jumbo afilaba sus garras en el Critérium del Dauphiné, como buena parte del pelotón destinado al Tour, y otros nombres importantes optaban por Suiza, Pogacar repetía estrategia exhibiéndose en casa. ¿Suficiente? No para Merckx. “Cuando has ganado el Tour con demasiada facilidad, crees que puedes permitirte cualquier cosa, y eso es un gran error que cometió”, asegura el pentacampeón en Francia e Italia.

Un aviso a su elegido

Un tirón de orejas dentro de una relación siempre amable. Merckx, sin ir más lejos, en los últimos años, no ha dudado en señalar al esloveno como su sucesor en el siglo XXI. A diferencia de lo ocurrido con Remco Evenepoel, con el que siempre se ha mostrado crítico, la leyenda belga no ha rechazado las comparaciones con Pogi, el pequeño caníbal. “Creo que el hecho de que corra tanto en las clásicas como en las vueltas por etapas lo acerca un poco más a mí. También es su forma de correr. No tiene miedo de atacar, cuando en el Tour viste el maillot amarillo, ataca. En Lombardía, también ataca. Desde ese punto de vista se parece mucho a mí”, ha llegado a asegurar. Esta vez, los elogios se los han llevado otros (“hemos tenido un gran Wout van Aert en este Tour, estuvo realmente impresionante”)... y la propia carrera. “Es el ciclismo que prefiero. Corredores que aparecen a principios de año y que siguen ahí en el Tour de Francia. Es extraordinario. Es ciclismo completo”, valora. Ahí no hay debate.

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