Tao dice adiós al Giro, Thomas y Roglic sobreviven y Ackermann gana

El Juego del Calamar, la popular serie coreana que en 2021 se convirtió en la más vista de la historia de la plataforma Netflix, es en lo que va camino de convertirse el Giro de Italia. No se alarmen, que aquí nadie perderá la vida por jugar a las canicas o cruzar un puente de cristal. Pero la ronda italiana se ha tornado justamente en eso, pura supervivencia. Un ‘sálvese quién pueda’ que en la undécima etapa volvió a traducirse en una lluvia de abandonos entre casos por covid, enfermedades y caídas… Este último factor nos ha dejado sin otro de los grandes contendientes de la general: Tao Geoghegan Hart. El británico, que empezaba a recordar a aquel ciclista que conquistó esta carrera en 2020, sufrió una dura caída a 70 km de meta por la que fue trasladado en ambulancia al hospital. Joao Almeida heredó el tercer puesto. En ese mismo incidente pudo decir adiós de un plumazo el podio entero del Giro, ya que Geraint Thomas (aún líder) y Primoz Roglic se vieron involucrados. Por suerte, no sufrieron daños y pudieron levantarse por su propio pie.

El parte de bajas de lo que va de Giro, terrible: 36 abandonos. Este año queda igualado el récord de retiradas de una edición de la Corsa Rosa una vez disputadas las once primeras etapas, circunstancia que no se producía desde 1995. Un palo. La etapa fue a parar a manos de Pascal Ackermann, su primera victoria de la temporada en un Giro en el que no alzaba los brazos desde 2019. El alemán estrenó la cuenta de triunfos del UAE en esta edición tras superar, en un final de foto finish, a un Jonathan Milan que apareció de la nada.

La lluvia volvió a hacer acto de presencia, aunque por suerte dio una tregua poco después de la salida. Su intensidad, mucho más baja que en días anteriores. Eso ayudó a la fuga temprana de Thomas Champion, Alexander Konychev, Veljko Stojnic, Filippo Magli, Laurenz Rex y un Diego Pablo Sevilla que aportó algo de presencia española en un Giro más que discreto para los nuestros. Conscientes de que ya apenas restan un par de oportunidades de victoria clara al esprint, los equipos de los velocistas se pusieron manos a la obra para controlar las diferencias en todo momento. Pero con el pulso bajo control llegó el caos…

Restaban unos 70 km para línea de meta, cuando en un pequeño tramo de descenso llegó la desgracia. Alessandro Covi se caía en una curva a izquierdas, fruto de la mojada carretera, y arrastraba con él a Thomas. Los que iban a rueda del galés no pudieron esquivarlos, por lo que Roglic y varios corredores del equipo Ineos se iban al suelo como si fueran bolos. Chapa y pintura para el líder y el esloveno, que reemprendieron la marcha rápidamente, pero no un Tao Geoghegan que quedó tendido sobre el asfalto, muy dolorido. Minutos más tarde, evacuación en ambulancia y abandono. No fue el único, ya que unos metros por delante de la fatídica curva, Óscar Rodríguez sufrió un accidente feísimo. Fruto de un afilador con un corredor del Trek, el español se salió de la carretera e impactó directamente contra una señal de tráfico y la fachada de una vivienda. Al igual que Tao, su Giro terminó ahí.

Hoy, el pelotón no dejó los deberes para última hora, así que la escapada quedó neutralizada antes de que fuese demasiado tarde (como en Nápoles y Viareggio), a 5 km de meta. Para rematar, caída en el último kilómetro que dividió en dos el pelotón y en la que se vio implicado Fernando Gaviria. El colombiano se las lleva todas. La volata fue preciosa, con cuatro corredores en paralelo. Pedersen lanzó demasiado pronto, Ackermann batió a Cavendish y Milan emergió de la nada con una impresionante remontada. Fue cuestión de centímetros, y de la foto finish, que el alemán se llevase el triunfo. El caos no cesa.