Enric Mas es una lapa

La Vuelta exprime su esencia. Su ADN de los últimos tiempos. Un rasgo de esa personalidad es el descubrimiento de nuevas cimas salpicadas en el recorrido. Todos los años presenta alguna novedad. España infinita. Si el pasado jueves vimos a Remco Evenepoel dar el primer golpe en el estreno del Pico Jano, este sábado hemos presenciado cómo retenía el maillot rojo en el Collado Fancuaya, otra cumbre inédita, 10,1 kilómetros de ascensión al 8,5% de pendiente media que han consolidado al belga y han confirmado la resurrección de Enric Mas, que entró a su rueda y ya es segundo en la clasificación general. En ambas se ha coronado vencedor Jay Vine, un australiano de 26 años que continúa deslumbrando cuando la carretera se eleva. El primer día ganó en pulso directo con los gallos. Esta vez lo hizo inmerso en la escapada. Un doblete de prestigio.

Asturias ha llegado este año más temprano en el programa que en otras ocasiones, lo que ha obligado a los organizadores a no cargar mucho los obstáculos de acercamiento a la subida final. Esta octava etapa acogía cinco puertos previos, un terreno rompepiernas, pero ninguno de primera categoría. El coloso de la jornada quedaba para la pelea final. Igual que ocurrirá este domingo camino del explosivo Les Praeres. Todo se iba a jugar en el Collado Fancuaya. La etapa, la general y la honra.

La fuga del día llegó a las faldas de la última ascensión con 3:20 minutos. Era una escapada de diez corredores con varios aristócratas del pelotón. Entre todos sumaban nueve victorias en La Vuelta. Ya son diez. Ahí estaba Mikel Landa, que cumplió su promesa de buscar una etapa. Tendrá que seguir intentándolo. Y Marc Soler, vencedor el miércoles en Bilbao. Esta vez acabó segundo. Y Thibout Pinot, que se incorporó tarde a la aventura, acompañado de Sébastien Reichenbach, gracias a un notable trabajo de Bruno Armirail, en una labor coral del Groupama. Y el veterano Rein Taaramae, dos veces ganador en la ronda española… Y Jay Vine, vencedor en el Pico Jano, que aprovechó su dulce punto de forma con otra exhibición estelar y con la guinda del maillot de la Montaña. El anterior dueño, por cierto, tuvo que retirarse por una dura caída: Victor Langelotti.

Detrás, en la lucha por la clasificación, Evenepoel volvió a entrar en cabeza, pero en esta ocasión con Enric Mas y Primoz Roglic pegados como lapas. El esloveno mostró mejor cara y asciende a la tercera plaza. Bueno para La Vuelta. El fenómeno belga ha desembarcado en la carrera en un estado óptimo, como demostró recientemente con su recital en San Sebastián. Su objetivo es estrujar esa forma para sacar el mayor tiempo posible en esta primera mitad de la ronda. Por lo que pueda pasar después. Hay que recordar que es debutante, que tiene 22 años, y que aún desconoce cómo llegará a la última semana. No quiere dejar para la mañana lo que pueda hacer hoy. Este sábado, sin embargo, no pudo morder tiempo a sus dos principales rivales. Todos corren.

Detrás de este trío, que bien podría copar el podio de Madrid, entraron Simon Yates y Carlos Rodríguez, a sólo 13 segundos. El avance del granadino es una gran noticia para el ciclismo español, que presencia día a día la evolución de sus dos valores de futuro. Rodríguez, de 21 años, es cuarto en la general, a 1:47 de Evenepoel, y el mejor del todopoderoso Ineos. Mientras, Juan Ayuso, de 19, no pudo repetir su brillante actuación del Pico Jano, pero aun así figura sexto en la clasificación, a 2:02. Las dos perlas progresan adecuadamente.