Un circuito peligroso. Esa fue la excusa que los ciclistas pusieron a la organización para que se anulasen los tiempos de la última etapa. Se quejó Froome, después Viviani y el Giro aceptó. Esa chanza permitió a los ciclistas que no iban a pugnar por la etapa tomarse el día como un paseo y el campeón del Giro entró a 17 minutos y 30 segundos del ganador, Sam Bennett, que se impuso a Viviani.