Froome sentencia el Giro y Nieve se exhibe para ganar la etapa
Froome resistió los ataques de Dumoulin en Cervinia para asegurar la general. Pinot estalló y perdió el podio con Supermán. Nieve se fue a 32 km de meta.
Con libertad de movimientos después de que Simon Yates perdiera el Giro 101 en las rampas de Finestre, Mikel Nieve se metió en la fuga de la última jornada de montaña. Cuando fallan sus líderes, él acierta. En Saint Pantaleon, a 32 kilómetros de la meta, descolgó a sus socios de aventura y se marchó en solitario a por el triunfo. Muestra la misma fiabilidad como gregario que como cazaetapas. El navarro consiguió en Cervinia su tercera victoria en la ronda italiana. La primera de 2018, la primera con su nuevo maillot del Mitchelton y también la que salva el honor del ciclismo español en la presente edición (110 en total). Un magnífico regalo por su 34 cumpleaños. Mientras, Chris Froome no sufrió para mantener a raya a Tom Dumoulin y Supermán López ascendió al tercer escalón del podio de Roma tras el hundimiento de Thibaut Pinot. Pello Bilbao acabará como comenzó en Jerusalén, sexto, siempre dentro del top-ten durante las tres semanas.
Nieve no gastó el día anterior al quedarse a arropar a Yates camino de Bardonecchia. Entraron con casi 40 minutos de retraso respecto a Froome: “Noté las piernas frescas… y lo aproveché”. En cambio, Dumoulin no disponía de más energías. Y aun así intentó echar el resto a ocho km de alcanzar Cervinia. Un todo o nada. Hasta cuatro veces atacó, las cuatro sin éxito. A punto de ceder ante un acelerón de Froome, habló con Poels, escudero de la maglia rosa, para enterrar el hacha de guerra. Deseaba garantizar el noveno puesto de su compañero Sam Oomen. Por eso le sentó tan mal que Poels y Froome lanzaran el sprint para asegurar el jersey de la montaña. Le costó seis segundos simbólicos y un importante cabreo. No felicitó al virtual ganador cuando se cruzaron. Un gesto similar de Nairo en Aitana, en la Vuelta de 2016, enfadó muchísimo al británico, el primero de su nacionalidad que se coronará en el Giro.
El Astana empezó a endurecer el ritmo en la subida de Tsecore y continuó en Saint Pantaleon. Pinot reventó a 41 km. El francés se encontraba tercero provisional, a 4:17, y le cayeron 45 minutos. Su lugar lo tomó Supermán López, que concluirá por primera vez en el cajón de una grande a sus 24 años. También se pondrá en Roma la maglia blanca del mejor joven. Richard Carapaz y el Movistar lo probaron, pero el colombiano aguantó y el ecuatoriano, revelación de la carrera a los 24, terminará cuarto. Todos sucumbieron frente a Froome y su número de 80 km de Finestre a Bardonecchia.