“Quería matar a todo el mundo”

“Odiaba la vida. Estaba deprimido. ¿Y si le daban 50 millones de dólares? Pensé que todo lo que tenía que hacer era estar en el equipo y eso me costaba 20 millones de dólares. Me duele el corazón hablar de eso”. Son palabras de Greg Oden, el número 1 maldito del draft de 2007, sobre el contrato que los Lakers extendieron a Timofey Mozgov en 2016, justo unos meses después de que el pívot anunciara su retirada definitiva tras varios años luchando por unas lesiones que marcaron su carrera deportiva. Un movimiento muy criticado por los angelinos, que se dedicaron a hacer cosas extrañas tras la retirada de Kobe Bryant y juntaron al gigante ruso con varias caras jóvenes, pero sin resultado.

Mozgov sólo estuvo un año en los Lakers antes de ir a los Nets, donde jugó sus últimos partidos en la NBA. Llegó a ser traspasado a los Magic, donde no llegó a debutar por una lesión de rodilla antes de poner rumbo al Viejo Continente y acabar sus días en Rusia. Eso sí, cobrando todos y cada uno de los 64 millones de dólares que los angelinos le firmaron a razón de cuatro temporadas. Una barbaridad de dinero para un pívot que disputó apenas ocho temporadas en la NBA y promedió 6,8 puntos y 4,9 rebotes en un total de 454 partidos. Su mejor actuación fue ante los Warriors, el 10 de abril de 2014, cuando se fue a 23 tantos y 29 rechaces en un enfrentamiento sin historia. Eso sí, disputó dos Finales de la NBA (2015 y 2016) al lado de LeBron James, fue titular en los 20 choques de su equipo en los playoffs perdidos y se hizo con el anillo de campeón ante los Warriors de las 73 victorias. Todo un hito en el que el center tuvo su participación.

A Mozgov le cundió y fue precisamente tras el campeonato cuando firmó con los Lakers para embolsarse mucho dinero (algo frecuente en una época en la que los contratos se volvieron abusivos por obra y gracia de los nuevos contratos televisivos de entonces) y aportar poco en lo deportivo. Algo que enfadó mucho a Oden, que estuvo en el podcast de Udonis Haslem y Mike Miller para hablar de la situación y asegurar que le generó mucha frustración. No es para menos: el pívot fue una auténtica estrella en la Universidad e Ohio, con los Buckeyes, a los que llevó a la final de la NCAA, donde perdieron contra Florida. Algo que no le impidió ser incluido en el mejor quinteto de la Big Ten Conference y ser elegido All-American para Associated Press. Se convirtió entonces, junto con Kevin Durant, en el primer novato universitario elegido para semejante honor desde 1990.

Sin embargo, la carrera de Oden no tuvo continuidad y estuvo siempre acompañada de una cantidad ingente de lesiones. En el draft fue seleccionado por delante de Durant, algo que se vio con toda lógica en lo que constata la clase de jugador que estaba llamado a ser: un pívot dominante, un interior de primera y un defensor generacional. No hubo nada de eso y tras dos temporadas en los Blazers llenas de problemas estuvo tres temporadas fuera de circulación. En 2013, fichó por los Heat de LeBron, con los que apenas disputó 23 partidos y tuvo un papel residual en playoffs (3 solitarios encuentros). En 2015 firma por un año y algo más de un millón de dólares por los Jiangsu Dragons de la CBA (la Liga China), de los que desvincula en febrero del año siguiente con buenos promedios (13+12,6, con 2 tapones en 25 duelos), pero ya sin poder sostener su físico.

Oden dijo adiós como uno de los “y si...” más grandes de la historia. Su vida personal estuvo marcada por la adicción a las pastillas y al alcohol, así como por una denuncia por agresión a su expareja a la que golpeó en la cara y de la que se declaró culpable. Una paulatina caída a los infiernos de la que consiguió salir al graduarse en industria deportiva en 2019 y fichar posteriormente por la empresa Edyoucore Sports & Entertainment como asesor deportivo. Una historia de infierno y superación sin apenas incidencia deportiva en la NBA. Y que es ahora recordada por el propio jugador, que asegura que le enfadó el contrato que los Lakers le firmaron a Mozgov, que considera que podría haber sido para él. Agua pasada, pero con las reivindicaciones típicas de un mundo en el que todo el mundo habla, con o sin razón. Así es la NBA.

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