El Madison se come a Wembanyama

Los inicios siempre son duros, y más cuando la exposición es máxima. Y tampoco es que Victor Wembanyama está teniendo unos primeros partidos malos, pero a veces la presión aparece y aprieta más de la cuenta. Tampoco le acompaña el equipo, una plantilla muy justa cimentada en años de despropósitos que contrastan con los tiempos dorados de los Spurs, que duraron más de dos décadas. Ni Gregg Popovich, que no piensa en sumar victorias y sí en potenciar a su nueva estrella, el tercer número 1 de la historia de la franquicia tras David Robinson y Tim Duncan. A todo eso se enfrenta el francés, que tiene unas aptitudes brutales y está permanentemente alerta en pista, siempre dispuesto a hacer cosas por el equipo y cumplir lo que se le manda. Nada que reprochar, claro: al fin y al cabo, es un rookie de 19 años y eso no cambia por mucho que los vientos de cambio prometan cosas que nadie es capaz de imaginar. Como nadie era capaz de imaginar el físico imposible de un hombre que es capaz de driblar al mismo tiempo que de tirar desde fuera.

Eso sí, habrá que esperar para ver la explosión definitiva de Wembanyama, que llegará a medida que vayan pasando los partidos. Pronosticar una fecha para ver una regularidad dentro de la genialidad es un atrevimiento, pero sí que hemos disfrutado de destellos, como los 38 puntos que endosó a los Suns en Arizona y sus fantásticos momentos durante los partidos, a ramalazos más que sostenidos, pero maravillosos al fin y al cabo. El Madison (126-105 al final) no vio, eso sí, la mejor versión de la futura estrella: 14 puntos, 9 rebotes, 2 asistencias y 1 tapón en 30 minutos, pero con 4 de 14 en tiros de campo (muy torturado por Mitchell Robinson), 0 de 4 en triples, y un -25 con él en pista, el peor de cualquier jugador que saltó a pista en el Madison, un estadio del que dijo en la previa que no era “tan grande como esperaba”. Quizá no le impresionó, pero sí que le acabó dando impresión. Cosas que pasan en lugares míticos, icónicos en la historia del baloncesto y que han vivido las exhibiciones de los más grandes de siempre (Michael Jordan, Kobe Bryant...). Un grupo al que aspira a llegar Wembanyama.

Tendrá que trabajar para ello. Los Knicks pasaron por encima de sus rivales desde el principio (33-16 al final del primer periodo), no les dejaron ganar en ningún momento y llegaron a ir 30 arriba. Popovich sigue empeñado en que Jeremy Sochan (16+6+5 al final) y Doug Collins (11+7) salgan al mismo tiempo que Wembanyama, lo que le quita espacios al francés en el interior y en darle a su nuevo jugador fetiche los descansos estipulados, siempre similares en la primera parte y diferentes en la segunda (hoy menores) dependiendo del resultado. Y le da igual cómo vaya el tanteo mientras el ala-pívot juegue lo que lo tiene que hacer, un tiempo concreto para su formación y desarrollo, para que así pueda convertirse en uno de los grandes en el futuro, mejor rodeado de lo que está en estos momentos. El veterano entrenador (74 años) ha dejado atrás la simplista, pero efectiva táctica que utilizó en su día con Duncan, cargar todo el peso sobre él y surtirle de balones para ganar partidos y conquistar títulos cuanto antes. Ahora lo primero es difícil y lo segundo impensable. Pero, al margen de eso, se nota que quiere hacer las cosas de otra manera.

Así, la balanza se inclinó a favor de los Knicks, que logran su segunda victoria consecutiva tras pasar por encima de los Clippers (111-97) en la jornada anterior y olvidar así un inicio dubitativo para ponerse al 50%. Julius Randle sigue recuperando sensaciones tras un inicio horroroso en el lanzamiento y se fue a 23 puntos, 16 rebotes y 5 asistencias. Mitchell Robinson sigue siendo uno de esos jugadores que tanto gustan a Tom Thibodeau (8+12) y dejó en 0 de 6 a Wembanyama en enfrentamientos directos. Y Jalen Brunson, que estuvo muy mal en el duelo anterior, llegó a los 25 tantos con un gran 5 de 8 en triples. También destacaron desde el banquillo Immanuel Quickley (19, con 5 asistencias) e Isaiah Hartenstein (13). Un buen encuentro ante un rival que se mostró plácido y que permite a los Knicks sumar y empezar a buscar soluciones que les acerquen a los grandes, algo complicado en una Conferencia Este que está que arde. Más que nunca, de hecho.

Las cosas están justo al revés para los Spurs, que empezaron mucho mejor de lo que están ahora. Tras dos victorias consecutivas ante los Suns encadenan tres derrotas seguidas, en las que han recibido 123, 152 y 126 puntos. La defensa se cae de forma demasiado preocupante, pero sin que parezca generar ninguna preocupación en el seno de la franquicia, centrada en seguir potenciando a un Wembanyama que sigue siendo una máquina física sin precedentes, pero al que los rivales siguen sacando mucho tiempo al exterior en ataque para forzarle a tirar triples (está en el 30% en ocho partidos) y en defensa para evitar un poder intimidador inherente a su figura. De momento, 3-5 y antes de recibir a los Timberwolves (en un duelo correspondiente al in-season tournament) y a los Heat. Un calendario que no es el mejor, pero que nunca lo será si tenemos en cuenta las prioridades de los Spurs: convertir a Wembanyama en una estrella. Y no tienen prisa para ello. Ninguna.

Resto de resultados de la jornada:

Rockets 128 - 94 Lakers

Nuggets 108 - 105 Warriors

Knicks 126 - 105 Spurs

Pacers 134 - 118 Jazz

Hornets 116 - 132 Wizards

Bulls 115 - 116 Suns

Grizzlies 102 - 108 Heat

Bucks 120 - 118 Pistons

Timberwolves 122 - 101 Pelicans

Thunder 128 - 120 Cavaliers

Kings 121 - 118 Blazers

Nets 100 - 93 Clippers

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