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El lío de las apuestas no afloja en la NBA

Empleados de los Lakers, del ‘staff’ técnico y los despachos, entregan a los investigadores sus móviles y otras fuentes de información en un caso cuyas ramificaciones siguen creciendo.

Kirby Lee
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Varios equipos, uno de ellos Los Angeles Lakers según información de algunos pesos pesados de The Athletic (Sam Amick, Joe Vardon), han sido requerido para entregar documentación así como teléfonos móviles de empleados por una NBA que está ampliando la investigación sobre el espinoso, y escandaloso, asunto de las apuestas ilegales que hace unas tres semanas condujo a la detención de un entrenador (Chauncey Billups) y un jugador (Terry Rozier) en activo así como de otras figuras como Damon Jones, exjugador y exasistente que formó parte del entorno de LeBron James y tuvo por eso acceso directo al entorno de trabajo de los Lakers, por eso uno de los equipos señalados por la investigación del FBI. Una que cubría frentes que iban de partidas de póker fraudulentas al manejo de información para realizar apuestas, y una que incluía a organizaciones mafiosas estadounidenses. Para muchos, una prueba más de que es un error, que tarde o temprano convertirá la situación en difícilmente sostenible, el maridaje de la NBA (y otras grandes competiciones estadounidenses) con las casas de apuestas y su tentador, pero muy peligroso, flujo ahora mismo abrumador de dinero.

El Congreso De EE UU ha apretado las tuercas a la NBA, y ha cuestionado la profundidad de su investigación ante hechos como que Rozier jugara más de cien partidos desde que se detectó por primera vez actividad sospechosa en torno a él hasta que fue, finalmente, detenido en octubre. La Liga, en ese caso, aseguró que no había encontrado nada que pudiera conducir a un castigo para Rozier, que sin embargo pudo recibir su sanción de forma encubierta (si la NBA no quería agitar más el escándalo) con una supuesta lesión que le hizo no jugar más en el cierre de la temporada 2022-23, cuando se descubrió movimiento sospechoso en un partido en el que el guard se retiró, por una supuesta lesión, antes de cubrir las cifras estadísticas que le daban las casas de apuestas para ese partido. “La NBA recurrió a un despacho de abogados independiente para investigar estas alegaciones en cuanto estas fueron del dominio público”, explica a The Athletic una competición que aseguró que está “colaborando plenamente” con el caso federal.

Después de su encuentro con miembros del Congreso, según estas nuevas informaciones, ese despacho (Wachtell, Lipton, Rosen & Katz) que realiza la investigación para la NBA empezó a contactar con franquicias para requerir los teléfonos, listas de llamadas y mensajes y otros documentos como parte de una fase ampliada del caso. En los Lakers, por ejemplo, diez empleados han tenido que entregar esos datos y la documentación requerida. Entre ellos, el asistente Mike Mancias y el ejecutivo Randy Mims, ambos cercanos a LeBron y que siempre según The Athletic están colaborando plenamente con los investigadores y que, por ahora, no han sido acusados de ningún delito por el Departamento de Justicia.

La conexión que salpica a los Lakers viene a través del entorno de LeBron y de la figura del detenido Damon Jones, que formó durante una temporada parte de forma no oficial de los Lakers para acompañar al alero, con el que había compartido pista en Cleveland Cavaliers y del que era muy cercano; y que está acusado de vender información relacionada con el estado físico y la disponibilidad para determinados partidos de jugadores del equipo angelino. No hay nombres concretos, pero lo que se conoce del caso apunta directamente a la presencia o ausencia de las estrellas, los jugadores cuya presencia o ausencia más influyen en el resultado de un partido: LeBron James y Anthony Davis. En principio, había al menos una persona del staff técnico que facilitaba esa información a Jones. Hasta ahora, no hay pruebas de que LeBron tuviera ningún conocimiento de la actividad delictiva y las filtraciones de Jones, que se declaró, el 6 de noviembre, “no culpable” y fue liberado tras pagar una fianza de 200.000 dólares.

A la luz de este escándalo, que seguramente todavía coleará, la NBA se ha comprometido públicamente a revisar sus normas y políticas vinculadas con las apuestas, un mundo que ha pasado de anatema a partner estratégico (de la liga y de sus grandes socios mediáticos), a buscar nuevas vías de protección de los jugadores y a transformar el sistema por el que se informa de manera oficial del estatus físico de estos de cara a los partidos: “Esta es una gran ocasión para recalibrar la forma en la que las apuestas deportiva tienen que ser reguladas y cómo las ligas pueden mejorar la forma en la que se protegen y protegen a sus jugadores y aficionados”.

El Gobierno estadounidense cree que Jones vendió a apostantes, al menos en dos ocasiones, información del estado físico de un “prominente jugador de la NBA”, al que denomina en la investigación jugador número 3. Y considera que aprovechó su relación muy cercana con ese jugador para disponer de esas actualizaciones que valoran muchos los que se juegan dinero en lo que va a pasar en los partidos, el qué y el cómo. Los partidos hacen referencia a la temporada 2023-24. El primero, un Lakers-Bucks en el que se pudo apostar mucho dinero tras saber que ese jugador número 3 no iba a estar en pista aunque no había entrado en los informes médicos oficiales. Después, sucedió algo similar con un jugador número 4 en un partido contra Oklahoma City Thunder.

La investigación, además de los conocidos casos de Billups y Rozier, va más allá y afecta también a otros equipos: se cree que un “jugador titular de Orlando Magic”, por ejemplo, filtró a un apostante que el equipo iba a dar descanso a todos sus titulares en un partido de abril de 2023 contra Cleveland Cavaliers. Ese jugador ya no está en Orlando Magic según un Departamento de Justicia que todavía no ha contactado de forma oficial con la franquicia de Florida.

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