NBA | MAVERICKS 121 - THUNDER 114

Doncic sobrevive a Shai

Un segundo cuarto espectacular permite a los Mavs superar a los emergentes Thunder. Doncic se impone a un genial Shai. Kidd sigue en sus trece con Wood.

Sigue la historia en los Mavericks. La misma que hemos visto desde inicio de temporada y, si todo nada cambia, la que seguiremos viendo hasta que la misma acabe. Un equipo monótono en su estilo, con un entrenador empeñado en esa idea que tiene en la cabeza y que ya no funciona porque el equipo que tiene es, simplemente, peor que el año pasado; con una estrella que opta noche tras noche a un MVP que igual no gana por ese récord que tienen los texanos, alejados de los primeros puestos de la competición. Y con un nivel que dista mucho de las finales de Conferencia Oeste que disputaron el año pasado y que encasilla el proyecto en un momento complicado: imposibilidad de avanzar, sin agentes libres importantes que quieran jugar en sus filas, con un Luka Doncic al que se le va acabando la paciencia en su quinto año como profesional de la NBA y con unos despachos empeñados en hacer lo que diga el esloveno, pero incapaces de crear, al mismo tiempo, un hábitat lo suficientemente tranquilizador a su alrededor que no termina de ser el ideal. La fugaz rebelión del año pasado ya es historia. Toca dar un paso al frente. Y el mismo no está, parece obvio, llegando.

Las cosas están así por mucho que los Mavs hayan conseguido imponerse a unos Thunder emergentes, pero peores por plantilla y momento del proyecto que sus hoy rivales. El equipo texano venía de perder ante Bucks (105-106) y sufrir una severa paliza ante Bulls sin Doncic (144-115) antes de recuperarse ante OKC y volverse a poner en positivo (14-13), Están octavos en el Oeste, pero con el mismo récord que unos Warriors en ascenso y en un galimatías de clasificación, con equipos subiendo y bajando constantemente y la sensación de que en Dallas están más cerca de bajar puestos (justo por detrás andan Jazz, Wolves y... Lakers) que de ascender y tener alguna posibilidad de asegurarse la ventaja de campo en primera ronda de playoffs, algo que tuvieron por primera vez el pasado curso, el primero también en el que superaron dicha eliminatoria desde 2011, el año del anillo. Un recuerdo muy lejano que no vale ni para justificar el momento actual del equipo.

Los Mavs ganaron (121-114), pero sufrieron en demasía, en exceso para enfrentarse a semejante rival, con un talento joven incomparable pero contra el que no deberían tener tantos problemas. Empezaron volando el partido (12-0), espoleados por Doncic y la necesidad, para recibir luego un parcial de... 11-28 en lo que quedaba de cuarto. En el segundo periodo Doncic se hartó: sumó 11 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, Hardaway se aprovechó de los espacios generados por el esloveno (12 puntos, con 4 de 5 en triples en esos 12 minutos) y los texanos se fueron a 43 puntos, con 10 asistencias y un 10 de 16 en triples, ese arma de doble filo que no termina de ser la aliada que sí representó hace unos meses, cuando el equipo sobrefuncionó de forma espectacular, especialmente en la recta final de la regular season y los playoffs, y los resultados fueron tan positivos que se pensó que esa era la idea a seguir. Pero sin Jalen Brunson, el resentimiento del acierto exterior, la falta de aprovechamiento de un hombre como Christian Wood que llegaba para ser el máximo apoyo de Doncic y la crisis estructural, es imposible conseguir los mismos resultados.

Wood, por cierto, participó menos de 4 minutos en la machada del segundo cuarto; y jugó, otra vez, durante menos de 6 en el último y definitivo. En total, 8 puntos y 5 rebotes en 20:28 en pista. Kidd sigue en sus trece, empeñado en sentarle en el banquillo y no sacarle de titular, y le da igual perder su puesto (la idea no es descabellada) con tal de seguir con su idea general y no cambiar nada. Lo vimos en la última jugada ante los Bucks, lo vemos con su empecinamiento en convertir a Spencer Dinwiddie en Jalen Brunson o en que Doncic tenga el balón en las manos una cantidad ingente de tiempo. Y ahí sigue, de ahí no sale; una idea que es su refugio y, al mismo tiempo, su perdición. Esta vez salió cara: los Thunder llegaron recortaron en el tercer cuarto y llegaron a estar a 5 puntos (97-92) a inicios del segundo. Pero los Mavs mantuvieron la calma y convirtieron el 119-114 a falta de 30 segundos en un mero espejismo que resolvió Reggie Bullock desde la línea de personal.

Doncic finalizó con 38 puntos (13 de 27 en tiros de campo, 3 de 10 en triples), 11 rebotes y 8 asistencias, por 4 pérdidas. Shai, tocado por una varita y reventando de tanto llamar la puerta del All Star, se fue a 42 tantos. Los Mavs tuvieron, esta vez sí, a un segundo generador como Spencer Dinwiddie (20+7+10), aprovecharon los momentos a tirones de Hardaway (20, con 6 rebotes)y a un Reggie Bullock que esta vez sí fue muy utilizado por Kidd a pesar de haber perdido mucho peso en la rotación: 12+5 en más de 31 minutos. Los Thunder intentaron defender a Doncic con Luguentz Dort (12+7+3, pero 4 pérdidas), con resultados cuestionables. Y contaron con algo de Josh Giddey (14+6) y Jalen Williams (17). Van 11-16 y están a tres victorias de los Mavs, lo que puede parecer mucho pero no lo es. Kemba Walker, por cierto, ni siquiera saltó a la pista; un hombre llegado para apoyar a Doncic y del que Nico Harrison, General Manager y promotor de su fichaje, dijo que no estaba bien de la rodilla nada más aterrizó en Dallas. La enésima cosa rara en el entorno de unos Mavs que vencen, pero no convencen. Y mucho tienen que cambiar las cosas para conseguir tanto lo primero como lo segundo. Veremos.

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