Comienza la ‘era Wembanyama’

Para encontrar un número 1 del draft más cantado y al que acompañara tanto revuelo mediático, había que regresar hasta 2003, el año de LeBron James. Ni siquiera a Zion Williamson, en 2019, acompañó una expectación como la que rodeó en junio a Victor Wembanyama, ese caso único que Giannis Antetokounmpo definió como “el jugador del futuro”. Un nuevo molde. Los Spurs ganaron la lotería del draft más valiosa en lustros y se llevaron el gran premio: a Wemby, un chico de Le Chesnay, al oeste de París, que tiene 19 años, mide 2,24 y tiene una envergadura de 2,44. Y calza un 57, por cierto.

Pero el gran valor de Wembanyama, todavía un fideo (oficialmente acaba de superar los 100 kilos y está en 104) de miembros imposibles, no está (no sólo) en esos 224 y 244 centímetros. Es algo realmente nunca visto. No es una forma de hablar: su coordinación es asombrosa, es rápido y ágil como un jugador exterior, maneja la bola como un base y tira como un alero. Pone tapones que uno no se creería si los viera en un videojuego, lanza desde tan alto (y tan lejos) que los defensas apenas pueden estirar los brazos para la foto y machaca sin que dé la sensación de que ha separado los pies del suelo. O, todavía más imponente, iniciando la batida más allá de la línea de tres. Sin ningún esfuerzo.

En cuatro partidos de pretemporada ha acumulado ya un vídeo de highlights que parece de una temporada completa. Con apenas 20 minutos de media en pista, ha promediado 19,3 puntos y 2,8 tapones. Es escandalosamente favorito para el premio de Rookie del Año, y (con la NBA entregada a su promoción como nueva figura global de la Liga) no cuesta nada imaginárselo como all-star ya en su primera temporada. Sería algo más extraño de lo que podría parecer: el último rookie que lo logró fue Blake Griffin, en 2011. Y el ala-pívot estaba en su segunda campaña ya que se había pasado la primera completamente en blanco por lesión. Más allá, hay que remontarse a Yao Ming y Tim Duncan, el anterior número 1 de los Spurs y el alma del equipo que jugó playoffs 22 años seguidos y ganó cinco títulos.

“Todo el mundo quiere ser campeón, pero unos lo quieren más que otros. Y los Spurs han demostrado que saben cómo ganar”, dice un Wembanyama feliz por estar en el equipo texano, donde triunfó su compatriota Tony Parker y donde le entrena ya el mítico Gregg Popovich (74 años), que inicia su temporada 28 en el banquillo. Desde entonces, ha habido 307 cambios de entrenador en la NBA. En todas las franquicias (menos los Spurs, claro) al menos tres.

Erik Spoelstra, el venerado entrenador de Miami Heat, ya ha jugado en pretemporada contra Wemby: “Puedes ver vídeos, leer informes, escuchar cosas… pero hasta que no lo ves delante no puedes explicarlo de verdad”. Es el nuevo gran fenómeno de una NBA que pone hoy en marcha su temporada 2023-24 con el campeón, Denver Nuggets, celebrando su gran fiesta (01:30, hora española) con los Lakers como rival. Y, después, otro duelo (04:00) de altos vuelos en el Oeste: Golden State Warriors-Phoenix Suns.

Todos contra Nikola Jokic y Jamal Murray

El 12 de junio, Denver Nuggets se proclamó por primera vez campeón de la NBA, un éxito extraordinario que coloca a los de las Rocosas, por pura jerarquía, en el primer puesto de la parrilla de salida de esta nueva temporada. Además, la única baja sensible ha sido Bruce Brown, un secundario importante… pero secundario. Sigue el núcleo duro: Michael Malone en el banquillo y, en pista, Michael Porter Jr, Aaron Gordon, un Jamal Murray que quiere ser por primera vez all-star y, claro, Nikola Jokic, el joker. Para muchos, el mejor jugador del mundo. Eso pareció, desde luego, en los últimos playoffs: 30 puntos, 13,5 rebotes y 9,5 asistencias por partido.

Contra los Nuggets, todos los demás. En el Oeste, Phoenix Suns ha reunido un big-three atómico que puede ser el no va más… al menos en ataque: Kevin Durant, Devin Booker y el recién llegado Bradley Beal. Los Lakers mantienen su inercia de la pasada temporada (finalistas de Conferencia) y cruzan los dedos para que acompañe la salud a Anthony Davis y un LeBron James que ya es (38 años y 298 días) el jugador más veterano de la NBA. El Rey inicia su vigésimo primera temporada en la NBA sin perder de vista, tal vez la última oportunidad, el quinto anillo de campeón. El mismo que buscan Stephen Curry, Draymond Green y Klay Thompson con unos Warriors ya veteranos que exprimen, ahora con Chris Paul a bordo, la dinastía dorada de la Bahía. También quieren llegar lejos Clippers, Grizzlies, Pelicans o esos Mavericks que vuelven a intentarlo con Luka Doncic y Kyrie Irving.

Pero el morbo está en el Este. Los Bucks se han hecho con Damian Lillard, un súper acompañante para Giannis Antetokounmpo; los Celtics, para muchos el gran favorito, conservan a los jays (Jayson Tatum y Jaylen Brown) y suman a Kristaps Porzingis y Jrue Holiday. Una carrera por el mando de la Conferencia en la que se han distanciado, en principio, de Miami Heat (el actual campeón del Este) y unos Sixers que no saben que va a ser de ellos con el futuro de James Harden en el aire.

Llega el nuevo torneo secundario

Esta será, además, la temporada del nuevo campeonato secundario, el in season tournament que ha añadido la NBA para meter picante a la fase regular. Los 30 equipo se han dividido en seis grupos (tres por Conferencia) de cinco que se enfrentarán entre ellos en martes y viernes señalados de noviembre. Estos partidos contarán para la clasificación convencional pero también decidirán los billetes para la fase final de esta nueva competición. A ella llegarán ocho franquicias, cuatro de cada Conferencia: la primera de cada grupo y una extra, la que tenga mejor balance en esos enfrentamientos. Habrá un duelo de cuartos en pista de las mejor clasificadas y, la gran traca, final, semifinales y final en Las Vegas, con 500.000 dólares para cada miembro del equipo ganador y 200.000 para los finalistas. Nuevos tiempos.

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