Chris Bosh y la revolución
Paul George señala al interior de los Heat, y su conversión en pívot pequeño y tirador, como un punto clave en la transformación que ha sufrido la NBA.
¿Cuándo cambió la NBA? ¿En qué momento pasó a ser la competición que es ahora, una de vertiginosa producción ofensiva, bombardeo permanente desde el triple, obsesión por los espacios y pívots que juegan lejos de la zona y de cara al aro? Obviamente, ha sido un proceso, una evolución en la que han influido los cambios de reglas (y de la forma de aplicarlas), las nuevas métricas que lo miden todo y han perfeccionados los modelos de producción ofensiva y eficiencia, la aparición de un nuevo tipo de jugadores con un nuevo rango de juego, la potenciación permanente del tiro exterior…
Pero hay hitos, momentos cruciales. Y, para Paul George, el fundamental llegó con los Heatless, esa versión atómica de Miami Heat que reunió a LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. El equipo que jugó cuatro Finales seguidas (2011-2014), ganó dos (2012-13) y tuvo tramos en los que pareció invencible, sobre todo en la temporada 2012-13 con un estilo muy agresivo, de presión defensiva y transiciones muy rápidas, juego físico y muy abierto y, sí, un uso de Bosh como interior móvil que luego se ha convertido en normal. Hasta entonces un ala-pívot bastante canónico, Bosh (número 4 del draft de 2003) aprendió a ejercer de pívot abierto, cada vez con más rango de tiro y más concentrado en pasar, buscar posiciones de lanzamiento, cambiar emparejamientos defensivos…
George lo tiene claro porque lo sufrió en sus carnes, como referente de aquellos tremendos Pacers en los que ascendió a súper estrella y con los que aspiró a ser campeón… pero con los que nunca pudo superar el muro de los Heat. Durante tres años seguidos (2012-14), los del Midwest cayeron en playoffs contra los Heat, los dos últimos en la final del Este. Y en 2013, tras una eliminatoria tremenda resuelta en siete partidos. Ese nuevo estilo de los de Florida hizo mucho daño a unos Pacers que eran un equipo al estilo clásico: grande, fuerte, musculoso, basado en una defensa tremenda y con una pareja interior de las de antes, David West y Roy Hibbert.
George, que ha cambiado este verano L.A. por Philadelphia, los Clippers por los Sixers, lo explicó así en su podcast, Podcast P With Paul George: “Cuando jugamos contra los Heat y pusieron a Bosh de pívot… ahí es cuando la NBA cambió literalmente. Nosotros éramos uno de los últimos equipos con dos grandes puros, de verdad, West y Hibbert, que no tiraban de tres, como mucho de media distancia. Miami sufrió mucho en defensa contra nosotros hasta que pusieron a Bosh de cinco y jugaban con cuatro aleros. Ahí tenían la forma de ganar a los Pacers, un patrón para superarnos. Y empezamos a ver que lo hacían otros. Atlanta Hawks puso a Pero Antic, otro grande tirador, de pívot contra nosotros. O a Al Horford, que era un perfil parecido. Y eso nos daba muchos problemas. Y ahora, es lo que intentan todos los equipos ya. Todos quieren pívots que tiren y ya no existe el cuatro. El cuatro ya no es un ala-pívot, ahora es un alero, incluso un guard. Así que tuvimos mucho mérito, doy mucho crédito a aquellos Pacers por lo que obligamos a hacer a los rivales”.
La evolución de Bosh, una de las primeras muestras del pívot móvil y tirador en formato small ball, fue clara en lo numérico: en sus siete años en Toronto lanzó solo 50 triples en total (509 partidos). En la temporada 2013-14, la cuarta con los Heat, ya tiró 74. En su último año (2015-16), lanzaba 4,2 cada noche con un 36%. Desde luego, un adelanto de lo que estaba por venir, la revolución que ha sobrevenido a la NBA desde entonces.
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