La barbacoa del capitán Rudy Fernández

Lo primero que hay que hacer es darle las gracias a Rudy Fernández. A sus 37 años, y en el escenario en el que la Selección española se va a enfrentar a este Eurobasket, lo más sencillo, seguramente, hubiese sido descansar este verano. Rudy, sin embargo, se ha puesto al frente de esta España rookie y eso hay que valorarlo, porque ahora va a ser mucho más difícil ganar que antes y en las duras es donde se conoce a los verdaderos capitanes.

Hace tiempo que Rudy es leyenda. Está a 13 puntos de llegar a los 2.000 con la Selección y mañana cazará a Epi como segundo jugador con más internacionalidades (239). Va a por Juan Carlos Navarro (253), a quien si la salud se lo permite va a superar en el Mundial del año que viene. Es tan grande la figura de Rudy que es fácil ponerla a la altura de la Bomba por todo lo que ha hecho en estos 18 años. Seguramente, las dos grandes fotos de Rudy con la Selección son aquel mate sobrehumano de póster en la cara de Dwight Howard en los Juegos Olímpicos en 2008; y el momento mágico cuando, otra vez en el Wukesong, levantó la Copa Naismith para España en 2019. Su conexión con Pekín ha sido mágica… Pero las mejores cosas de Rudy son las que no se ven. Este agosto, en el primer día que Scariolo concedió libre al grupo, hizo una barbacoa en su casa de Madrid con jugadores, técnicos y fisios. Así hace equipo un capitán.

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