SEGAFREDO VIRTUS BOLOGNA

Virtus-Scariolo, un divorcio cantado

La salida del seleccionador español de la Virtus se precipitó en dos días muy convulsos pero se llevaba gestando desde el cierre de la pasada temporada.

DANI SANCHEZDIARIO AS

No hubo tercera temporada en Bolonia para Sergio Scariolo. El seleccionador español (62 años) fue despedido el viernes de forma fulminante y antes del inicio del curso, un timing extraño y en el que coleaban asuntos relacionados con la pasada campaña y, sobre todo, toda la fase de planificación para la presente. Hace unos días, Scariolo dejó claro en su primera rueda de prensa de regreso en Bolonia, tras la disputa del Mundial con España, que tenía una visión distinta a la del club en cuanto a asuntos definitivos como esa planificación de la plantilla y la inversión para poder competir con los más fuertes de la Euroliga…

El propietario de la Virtus, Massimo Zanetti, montó en cólera después de escuchar al técnico de Brescia, tanto que la destitución no llegó antes incluso porque desde los despachos del club se pidió un poco de pausa a un Zanetti que, sin embargo, tenía su decisión tomada. Y su sustituto: Luca Banchi, elegido Mejor Entrenador del Mundial tras guiar a Letonia hasta el quinto puesto (eliminando a España en la segunda fase) será, con un contrato por dos temporadas, el sustituto de un Scariolo que tuvo recado del que ya era su exequipo en la nota que confirmó de forma oficial su salida: “Los comentarios del entrenador en su rueda de prensa del 13 de septiembre, unidos a los que hizo en la última comparecencia de la pasada temporada, el 27 de junio, socavan la serenidad y el entusiasmo del entorno de la Virtus y del grupo que se está preparando para los primeros partidos oficiales de la nueva temporada”.

El movimiento, inesperado y ejecutado a toda velocidad, fue criticado a través de un comunicado oficial por el board de entrenadores de la Euroliga, que mostró su apoyo a Scariolo: “Cada club tiene el derecho a tomar las decisiones que considere mejores para su futuro, pero consideramos que, en este caso, este movimiento muestra una falta de respeto sin precedentes a un gran profesional que lleva muchos años entrenando en el máximo nivel y que es finalista olímpico y campeón de Europa y del mundo”. También pedía que la Virtus “cumpla con las obligaciones que tenía pactadas” con un Scariolo al que le quedaba otro año de contrato.

Scariolo ha ganado dos Supercopas en la Virtus (llegó en junio de 2021 con un contrato por tres temporadas) y, sobre todo, la Eurocup 2022 que fue la puerta por al que regresó el histórico club de Bolonia al gran escaparate europeo, la Euroliga. La temporada pasada se quedó a un paso en Liga (perdió 4-3 la final con el Milán) y Copa (derrota en la final contra el Brescia). En la Euroliga, el equipo tuvo balance negativo (14-20) y acabó decimocuarto, lejos de los puestos que daban acceso al playoff de cuartos.

En esa rueda de prensa de fin de curso a la que se refería el comunicado del club, Scariolo aseguró que quería seguir, cumplir su contrato e incluso ampliarlo en las condiciones adecuadas. Pero no se mordió la lengua antes lo que creía que estaba por venir: “El club me ha asegurado que las condiciones van a cambiar y que el presupuesto se va a reducir. No sé los números, pero he contestado que agradecería tener claridad al respecto”. En agosto, el CEO de la Virtus, Luca Baraldi, le contestó: “Quiero mandar un mensaje de tranquilidad a los aficionados porque había mucha preocupación por nuestro presupuesto después de esa rueda de prensa. Hemos tenido que hacer cambios para adaptarnos a las normas de la Euroliga, pero haremos un equipo que se adapte a nuestras ideas”.

Así que llovía sobre mojado cuando Scariolo volvió a dejar algunos recados en la rueda de prensa del pasado miércoles, menos de 48 horas antes de su destitución. El equipo, según Basket News, ha reducido unos 6 millones su presupuesto hasta quedarse en torno a los 17. Eso ha pasado por tomar decisiones como no renovar y dejar que se marchen jugadores que acababan contrato como Teodosic, Mannion y Jaiteh. Y traspasar a otros como Ojeleye (al Valencia por unos 300.000 euros) y Bako (al UNICS por 180.000). Además, Shengelia estuvo en el mercado y llegó a hablar con el Panathinaikos. Según la prensa italiana, Ojeleye y Shengelia eran dos jugadores que Scariolo consideraba intocables. El propio entrenador negoció con Toronto Raptors y llegó a ser uno de los finalistas para dirigir a la franquicia canadiense. Así que las cosas no estuvieron nunca demasiado claras durante el verano. Y por eso, ahora, los acontecimientos se han precipitado de forma tan fulminante y a solo unos días del debut oficial de la Virtus en semifinales de la Supercopa italiana, una ocasión de venganza contra el poderoso Milán, su verdugo en la final de la Liga. Pero eso ya es cosa de Luca Banchi.

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