El Madrid vuelve a la Final Four y se pone líder de la ACB

El vigente campeón y líder indiscutible de la fase regular con récord incluido (27 victorias) defenderá su corona, la de rey de Europa, en Berlín y peleará contra la maldición del nuevo formato, esa que dice que el primero nunca gana el título. De momento, ya tiene el billete a Alemania en el bolsillo tras derrotar por la vía rápida (3-0) a un Baskonia que ante su gente, en un Buesa Arena rugiente, alcanzó su cota máxima con 29 puntos de Markus Howard y 52 entre Rogkavopoulos, Marinkovic y un Miller-McIntyre que coqueteó con el triple-doble (17+7+11). Los de Dusko Ivanovic se vieron 10 arriba, acariciaron el cuarto partido, pero el Madrid llegó vivo donde quería, al tramo final, y ahí no perdonó con una lección de baloncesto de Sergio Rodríguez (9 asistencias), un Tavares gigante (13+13 rebotes+4 tapones) y un Yabusele muy incisivo que rompió a anotar, de tres y con cargas de fuerza hacia al aro (23+7+3 pases). Iba a todo. Incluso le puso entonces Chus Mateo puntualmente de cinco arropado muy bien por Hezonja (16) y Deck (13) en un pequeño respiro para Edy.

Campazzo (13+8 asistencias) remachó la clasificación con una anotación centenaria (98-102) por décima vez esta campaña y tras repartir el equipo 28 pases de canastas con solo 9 pérdidas para apilar 137 de valoración. El Madrid jugará su décima Final Four, la tercera seguida, en las últimas 13 ediciones concluidas (en 2020 se suspendió por la pandemia). A por su cuarto título desde 2015. Los blancos lo festejaron sobre el parqué del Buesa exactamente cinco minutos después de que el Lenovo Tenerife tumbara al Unicaja en la revancha de la final de la Champions FIBA y le hiciera también líder de la Liga Endesa, aunque ese pulso aún continúa.

Qué locura de primera parte. Un ritmo endiablado con un acierto elevadísimo, de tres y de dos, que no dejó a ninguno contento. El Baskonia puso la energía, la fuerza y los triples (8 con un 44%), avanzaba con una marcha más que su rival, al que agarraba al contrapié en el rebote, y tocó los 10 de ventaja en un par de ocasiones (37-27 y 52-42) con una proyección de más de 110 puntos. Y, sin embargo, al descanso solo se veía dos canastas por delante: 56-52.

El Madrid padecía mucho en el perímetro por el vigor y el acierto local, más allá de Howard (16 tantos en 10:55). Porque ahí andaban Marinkovic (11 y 3 triples) y un Miller-McIntyre pletórico (9 puntos, 5 rebotes y 8 asistencias en 18:14), también el griego Rogkavopoulos, con un lanzamiento velocísimo. Y padecían los blancos en el rebote, donde cedían 7 defensivos (13 al final, aunque los compensaron). La dificultad de la defensa exterior, los intentos de amarrar a Howard y al resto descolocaban a los jugadores para cerrar esos rechaces. A cambio, los centímetros y la potencia de los Tavares, Poirier, Yabusele, Deck y Hezonja castigaban la pintura vitoriana: 18 de 22 al intermedio. Marraban, eso sí, muchos triples cómodos, en especial Yabusele y Llull (0 de 7 entre ambos en el entretiempo). La entrada de Sergio Rodríguez (2 triples y 4 asistencias en 6 minutos) forzó una reacción. Lejos el Real de su mejor nivel, pero en el pulso y no era poco tras el vendaval de Miller-McIntyre y compañía.

El Chachismo no es más de lo mismo

En la reanudación, Chus Mateo ordenó balones a Tavares, pero tras un 2+1 erraba tres tiros consecutivos bajo el aro en la misma jugada y el Baskonia se vino arriba. Triple de Marinkovic en la carrera posterior y robo con canasta de Rogkavopoulos, que luego le sacaría tres libres a Hezonja. Los de Ivanovic mantenían el ritmo, uno que les volvió a llevar al +10 (70-60, minuto 25), antes de que el desgaste físico empezara a trasladarse a los porcentajes. Solo una diana vitoriana, un triple, de ahí al cierre del tercer periodo: 73-72 a falta de un asalto.

Deck volteaba la tortilla con una de tres, la primera ventaja merengue desde el 5-6, y Howard se veía forzado a surfear una ola gigante… A por ella: siete puntos seguidos del estadounidense daban la vuelta al calcetín por última vez en la noche: 80-75. Chus Mateo contaba en la previa que el objetivo era estar preparado para cualquier cosa y plantarse con opciones al final. Exactamente lo que ocurrió. Ahí, en el desenlace, el Madrid llegó más fuerte y fresco, y más fino en el tiro, con las ideas más claras. Y el Chachismo, que no es más de lo mismo, tuvo mucho que ver. Hasta cinco pases de canasta casi encadenados. Con varios de ellos se levantó un parcial de 0-13 demoledor (80-88). No fue un jaque mate porque el Baskonia estaba en una noche grande e iba a llevar al campeón al límite. Más allá no pudo avanzar. Con 95-98 y a un minuto de la bocina, Tavares, en una acción defensiva impagable, frenó a Howard. La guinda a una segunda parte fantástica del pívot, determinante atrás y en el rebote, pilar en la zona en ataque para mover el resto de piezas. Vuelve el mejor Edy con el olor de los títulos grandes. Remató Campazzo, a la Final Four.

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