Crisis en el baloncesto italiano

Italia fue un gigante europeo en baloncesto, pero ahora mismo no corren buenos tiempos para nuestros vecinos mediterráneos. Solo España suma más Copas de Europa que ellos (14 por 13), pero el Armani Milán y la Virtus de Bolonia no han comenzado con buen pie el curso europeo. Ambos llegan a su duelo de este jueves (en la pista del Milán a las 20:30) con 1-5 de balance y pésimas sensaciones. La última Copa de Europa conquistada por un equipo italiano fue en 2001 por la Virtus de Bolonia, que venció al Baskonia (3-2) en la primera Euroliga moderna, después de la escisión que se produjo ese año con la FIBA. Por aquel entonces, los equipos italianos se colaban en la Final Four frecuentemente, pero en los últimos 15 años suman solo dos presencias: Barcelona 2011 (Montepaschi Siena) y Colonia 2021 (Armani Milán).

El Armani Milán, que en aquel 2021 rompió una racha de 29 años sin estar en una Final Four, sigue sin dar con la tecla. El curso pasado tiró la casa por la ventana (fichó a Nikola Mirotic, entre otros), pero su inicio fue igual de malo que el de esta temporada (1-5), con el agravante de que en las altas esferas del club hicieron oídos sordos a los pitos que se oían día sí y día también en Milán y que pedían a gritos la salida de Ettore Messina. El italiano, que no estuvo en Vitoria, en la última derrota de su equipo (88-83), por una infección de oído sobrevive en un proyecto que este año ostenta el dudoso de honor de haber encajado la segunda mayor remontada de la historia de la Euroliga: el Zalgiris ganó en Milán (82-85) un partido que perdía por 27 puntos en el tercer cuarto. El año pasado encauzó un poco el rumbo al final, pero su arreón fue insuficiente para meterse en el play in: acabó 12º con 15 victorias y 19 derrotas.

Como ya ocurría la temporada pasada, existe una gran dependencia de Mirotic y habrá que ver cómo está el hispanomontenegrino en unos meses: es el máximo anotador (16 puntos) y su acierto en triples (45,5%) es casi igual que el de tiros de dos (45,7%. Además, captura 6,3 rebotes y reparte 1,5 asistencias para 19,5 de valoración). Junto a él están el incombustible Shavon Shields (11,6 y 4 rebotes), el regreso de Zach LeDay (12,3 y 3,8) y los intermitentes Leandro Bolmaro y Neno Dimitrijevic. Poco más.

La Virtus regresó a la élite del baloncesto europeo por méritos propios (campeón de la Eurocup en 2022) y este año se ha ganado la confianza de la Euroliga, que le dio una de sus invitaciones en detrimento del Valencia Basket, que ‘cayó’ a la Eurocup. Al inicio de la temporada pasada, Sergio Scariolo salió por la puerta de atrás y en su lugar llegó Luca Banchi, el técnico de moda tras su gran Mundial con Letonia. Las cosas empezaron muy bien para ellos que se convirtieron en el equipo revelación y estuvieron semanas asentados en los puestos de cabeza. Luego perdieron fuelle, pero su gran inicio al menos les sirvió, al menos, para colarse en el innovador play in, donde ganaron al Efes a domicilio y perdieron contra el Baskonia, quedándose fuera del playoff oficial.

Su única victoria del curso fue ante el Partizán por la mínima (69-70) aunque, sí que es cierto, que salvo sus tropiezos ante el Efes (67-76) y el AS Mónaco (101-85), el resto sí que los peleó todos. Toko Shengelia (13 puntos, 5,5 rebotes y 2,7 asistencias) Isaia Cordinier siguen a un buen nivel (15, 4,8 y 3,7), pero a este último le falla la muñeca (5/20 en triples, un 25% de acierto), lo mismo que le pasa al fichaje estrella del verano, un Will Clyburn que promedia 11 puntos, pero con un preocupante 7/27 en el tiro exterior (25,9%). No corren buenos tiempos para el baloncesto italiano, pero al menos uno de los dos este jueves sumará su segunda victoria del curso europeo.

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