Euroliga

Así funcionan las licencias en Euroliga: ¿por qué vuelve el Valencia Basket a la Euroliga dos años después?

La mejor competición europea se estructura a partir de unos clubes propietarios con presencia fija, criterios estratégicos y también deportivos, vinculados a la Eurocup.

CHEMA DIAZ | DiarioAS
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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La Euroliga resolvió el puzle de su composición para la temporada 2025-26, un asunto crucial en la jerarquía del baloncesto europeo y que depende de decisiones que mezcla lo deportivo y lo estratégico, con plazas fijas, otras que se obtienen a través de la segunda competición (Eurocup) y unas invitaciones (wildcard) que permiten acercan a determinados proyectos que resultan estratégicos para la competición.

De cara al nuevo curso, el primero con formato de liga regular (todos contra todos a doble vuelta antes del play in, los playoffs y la Final Four) y veinte equipos participantes (dos más que la temporada pasada), jugarán la Euroliga doce de los trece que tienen plaza fija como dueños de la competición (el decimotercero es el CSKA de Moscú, que sigue sancionado por la invasión rusa de Ucrania): Real Madrid, Barça, Baskonia, Anadolu Efes, Fenerbahçe, Maccabi Tel Aviv, Olimpia Milán, Olympiacos, Panathinaikos, ASVEL Villeurbanne, Bayern de Múnichy Zalgiris Kaunas.

A esos hay que sumar las dos plazas de Eurocup, las que tendrán el Hapoel Tel Aviv como vigente y el Mónaco, que no la ha perdido desde que ganó esa segunda competición (en 2021) porque cada temporada consigue estar al menos en cuartos de final (es vigente subcampeón tras perder la última final contra el Fenerbahçe. El equipo monegasco le quitó esa vía de clasificación al París porque, aunque ambos llegaron a cuartos, avanzó más lejos y accedió a la Final Four. A esos catorce hay que sumar a los que tienen invitaciones por cinco, tres o un año: Partizán, Estrella Roja, Valencia Basket, Virtus Bolonia Dubai y Paris.

Esas plazas fijas, los trece equipos que tienen asegurada (el CSKA está fuera por el conflicto bélico) su participación, pertenecen a los que ejercen como propietarios a través de la ECA (Euroleague Commercial Assets) con plaza en la asamblea general. La lista incluye a los once fundadores de la competición: Real Madrid, Barcelona, Baskonia, Maccabi, Zalgiris, Efes, Olimpia Milán, Fenerbahçe, Olympiacos, Panathinaikos y el ahora sancionado CSKA de Moscú. Después se unieron ASVEL Villeurbanne y Bayern de Múnich, así que son trece (doce en competición hasta que se resuelva la situación del CSKA) los que tienen asegurada su participación en la Euroliga.

Esta composición básica deriva de la creación de la nueva competición que ocupó el lugar de la Copa de Europa que se jugó desde 1958 hasta 2000 bajo el abanico de la FIBA, un conflicto que derivó en un cisma del que salió una temporada con dos competiciones en una breve pelea por la supremacía, la Euroliga y una Suproliga que quedó en el camino y que fue el intento de una FIBA que empezó a usar la denominación de Euroliga en 1996 pero que no lo había registrado, así que también la perdió en un órdago de los clubes que, entonces dentro del espectro de la ULEB, sintieron que la FIBA no había tenido en cuenta su opinión en la gestión de la competición y los trascendentales derechos de televisión.

A partir de ese bloque inicial, la Euroliga reparte el resto de plazas con un híbrido que incluye dos que se obtienen a través de la Eurocup. Esas serán para el campeón vigente, el Hapoel Tel Aviv, y un Mónaco que la mantiene desde que ascendió en 2021 porque no ha bajado de las eliminatorias de cuartos (la temporada pasada, de hecho, llegó a la final y la perdió contra el Fenerbahçe). El Paris Basketball también llegó, el verano pasado, a través de la Eurocup, y también entró en cuartos pero no aseguró así su plaza porque el Mónaco llegó más lejos con su billete para la Final Four. Así que los parisinos quedaron pendientes de la última vía, las plazas de invitación vía wildcard en la que el resto de clubes eligen compañeros de viaje en función de criterios deportivos, económicos, de mercado…

El Paris no obtuvo una licencia a medio plazo pero sí una para el nuevo curso, gracias en parte a la ampliación a veinte. Eso da margen a las dos partes para seguir con las negociaciones que podrían derivar en un acuerdo más duradero para el equipo de uno de los grandes mercados de Europa, París. La Euroliga sí repartió invitaciones para tres años (un factor que permite una planificación más sostenida y estable) a Partizán, Estrella Roja, Virtus Bolonia y el Valencia Basket, que regresa así a la mejor competición del baloncesto europeo y otorga una cuarta plaza a los clubes españoles además de los tres con licencia (Barcelona, Real Madrid y Baskonia). Por último, el Dubai Basketball aparece como una novedad rompedora, un club de Oriente Medio que jugará la Euroliga al menos durante cinco años, ya que ha obtenido una invitación para ese período.

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