El UCAM Murcia, a un paso de hacer historia ante un tocado Unicaja

El UCAM Murcia está a un paso de hacer historia y clasificarse para su primera final de la Liga Endesa. El equipo de Sito Alonso ganó sus dos partidos en el Martín Carpena, contra todo pronóstico, a un Unicaja que venía con el cartel de favorito tras una liga regular para enmarcar y que ahora está muy tocado. Nadie ha remontado en un playoff por el título un 0-2. El Unicaja se asomaba como indiscutible favorito para alcanzar la final y, quien más quien menos, saludaba que los universitarios apeasen de los cuartos de final a un Valencia de Euroliga para dejar más limpio el camino de los malagueños hasta la final.

Lo que ha pasado pocos se lo esperaban. No ya que los murcianos hayan asaltado la pista cajista en 48 horas de locura. Lo increíble ha sido la sensación de superioridad con la que Sito Alonso ha desmontado el plan de Ibon Navarro. El UCAM ha jugado con una marcha más y un nivel tan excelso como inesperado. La inteligencia de Ennis y Hakanson, la garra de Saint Roos, el poderío y autoridad de Morin, el acierto demoledor de Rodion Kurucs y Sleva, el oportunismo de Diagné, los momentos de Caupain o el saber estar de Radebaugh, decisivo contra el Valencia y generoso en esta eliminatoria.

Del Unicaja siempre se destacaban su poderío físico, los terceros cuartos en los que remontaba y machacaba, sus triples, los rebotes y la defensa. Todo fue desactivado por el planteamiento de Sito de manera tan espectacular, que Unicaja tuvo que variar sobre la marcha su manera de proponer. La nueva pizarra no ha funcionado. El bache de Osetkowski, que no fue necesario contra el Manresa, ahora es evidente e inquietante. Perry aguantó a medio gas, Kalinoski acabó anulado al igual que Kravish, Djedovic diluido al iual que Thomas. El mérito de Sito fue que neutralizó también a jugadores como Ejim o Barreiro que estaban en buena onda. Sima se esforzó, pero fue devorado. Y Alberto Díaz lo intentó, pero no pudo hacerlo todo. El paso delante de los murcianos chocó con un Unicaja con extraña sensación de estar saturado de baloncesto. Los tramos finales de estos dos partidos han dejado sensaciones descorazonadoras de impotencia y bloqueo. Es complicado de explicar que el Unicaja, con más días de descanso, de esta sensación de hastío mientras que el Murcia no aparente agotamiento ante tantos partidos seguidos y el gran balance de cuatro triunfos fuera de su Palacio.

El Unicaja había vencido al UCAM en sus últimos seis enfrentamientos, cuatro de ellos en esta temporada y en casi todas las competiciones. Ahora las cosas han cambiado. El UCAM tiene dos oportunidades ante sus aficionados de poder cerrar una eliminatoria que tiene muy a su favor para convertirse en alternativa de poder para el superviviente del duelo de colosos entre Real Madrid y Barcelona. El mejor UCAM Murcia de todos los tiempos tiene emocionada a toda la ciudad con Arturs Kurucs viviendo desde la distancia por su paternidad. Pero ojo. El Unicaja no se rinde. De peores ha salido.

Los murcianos, a un triunfo de algo gesta, se lo toman con mesura porque desconfían de esta fiera. Y más si está herida. El Unicaja apela al precedente de 2007 cuando remontó un 2-0 al Etosa Alicante. Ahora es más difícil porque necesita remontar fuera del hogar. El UCAM no ha puesto aún el champán a enfriar por prudencia. Pero tiene la final tan cerca como lejos un Unicaja desconocido.

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