El Lleida cree; el Bilbao, no

El Barris Nord ha escrito un relato que constata dos sensaciones opuestas. Una, la del ilusionado recién ascendido Lleida que rompió una mala racha de cuatro derrotas seguidas dando una paliza monumental a un rival directo por la permanencia. La grada entonó el célebre ‘Sí se puede’, porque una exhibición de este tipo da para alimentar el milagro. El que no tiene fe y demanda hacer algo ya para frenar esta caída en picado es el Bilbao Basket, que huele muy mal.

Uno de los dos iba a sumar el quinto tropiezo seguido y recayó el que más enfermito está. Yendo más allá, los ‘hombres de negro’ suman siete tropiezos en las ultimas ocho jornadas. Quitando el Girona, es posiblemente el equipo con peores sensaciones en este instante de la temporada. Su moral es como un folio mojado. Hay una cosa clara: el Lleida empieza a saber a qué juega y a ser el equipo que quiere, mientras que los vascos han perdido la brújula y cada vez se ven más lejos de aquel grupo que maravilló ante el Madrid.

El primer duelo de técnicos ilerdenses en la historia de la ACB se lo llevó el alumno Encuentra ante el maestro Ponsarnau. Hlinason está absolutamente solo y muchos jugadores tienen la confianza por los suelos. Pantzar, por ejemplo, era un cañón que llamaba a la puerta de los clubes Euroliga hasta hace bien poco y ahora está absolutamente bloqueado. La cara opuesta de la moneda es Van der Vuurst, que venía sin ritmo, de no contar en el Joventut, y su energía y determinación han sido una de las claves de Encuentra. Con perdón por el chiste malo, el Hiopos sí Encuentra la esperanza, el Surne, ni por el forro.

El día ya venía torcido en el caso de los vascos. Kullamae se torció ayer el tobillo y se unía a Rabaseda como bajas. Los locales, por el contrario, tenían los fichajes de Van der Vuurst y Goodwin. Este es pura energía, aunque arrancó con muchos problemas ante Hlinason, que está en el mejor momento de su carrera. Lo primero, eso sí, fue un rebote ofensivo y una gran canasta en reverso parea inaugurar el tanteador. Ponsarnau pidió jugar con Hlinason, un valor seguro, y hasta le rodeaban tres jugadores en acciones bajo el aro. Un semigancho de Gielo dio forma a un 0-9 para el 2-9. Entonces entraron Van der Vuurst y Paulí y revolucionaron el choque. Los locales encontraban el tercer hombre en el bloqueo y continuación, estaban jugando muy bien esas continuaciones, mientras los bilbaínos empezaban a naufragar. Aquellos hacían la goma, una costumbre en su juego este año. Si les paraban en los diez primeros segundos de posesión, sufrían.

Hasbrouck se dañó el hombro y Villar también quedó tocado. Problemas leves. El Lleida tiró de orgullo, con Bozic en racha. No es un equipo sobrado de talento, pero ,al calor de su gente, dan más de su cien por cien. En el tercer acto todo quedó resuelto. El Bilbao Basket aguantó el primer golpe, pero el segundo fue definitivo, se cayó como un castillo de naipes y dejó una imagen por los suelos. A Oriola no le podía parar nadie cuando jugaba abierto.

Hlinason trataba de salir al rescate, y nadie le echaba una mano. Dragic está en un momento que asusta, los americanos no marcan ninguna diferencia y Gielo no tomó ninguna buena decisión. De Ridder aportaba algo de luz junto con Rodríguez para descargar de responsabilidad al islandés. Frey ponía más corazón que acierto. La defensa se evaporó. Un 18-0 acabó ridiculizando a un equipo que tampoco tuvo soluciones desde el banquillo. El 67-45, a ocho del final, con Bropleh estelar, sonaba a palizón. El tiempo muerto a cuatro segundos del final para diseñar una jugada postrera y apaciguar un average gigantesco tendría que haber sido gastado antes, cuando la herida se hacía cada vez más sangrante. El Lleida cree; el Bilbao Basket, no. Brilla en Europa, pero ahora mismo eso da un poco igual con la preocupación que empieza a cundir en Miribilla. Esta nave va cuesta abajo sin frenos. Alguien tiene que impedir que se estrelle en Primera FEB.

Encuentra: “El equipo ha hecho las cosas bien en defensa”

Gerard Encuentra ha destacado que su equipo “ha hecho las cosas bien defensivamente y está en una línea creciente”. El entrenador del Hiopos también ha resaltado el rendimiento de los nuevos fichajes. Sobre el base Keye Van der Vuurst ha apuntado que les ha “permitido jugar más ordenados” y ha firmado una buena “aportación ofensiva”. En cuanto al pívot Chevez Goodwin ha explicado que “tiene que pasar la transición y adaptarse a la Liga”.

Por lo que respecta al partido, Encuentra ha destacado que en el primer cuarto han “estado ansiosos” y han “perdido balones”, pero en el segundo han podido “tener más control”. El técnico catalán ha estacado que tras el descanso el equipo “ha tenido más pausa y ha hecho un buen esfuerzo”.

Con este triunfo el Lleida deja atrás una mala racha de cuatro partidos sin ganar y Encuentra ha apuntado que ganar les “ayudará a seguir creciendo.” Por último, el técnico ha querido agradecer el papel del Nucli Burdeos y la afición: “Nos han empujado todo el partido y no dejan de animar. Contagian a todo el pabellón. Les quiero agradecer su labor porque en momentos de nervios nos ha ido muy bien”.

Ponsarnau: “Tocará dar una respuesta”

Jaume Ponsarnau, ha destacado tras la derrota “tocará dar una respuesta al partido tan malo” que había hecho su equipo. En cuanto al encuentro, el técnico leridano ha asegurado que en la primera parte y al principio de la segunda, su equipo “ha estado bien”, pero todo se “ha precipitado al inicio del tercer cuarto”.

También ha destacado la importancia de la baja de Kullamae, que se lesionó en el entrenamiento del pasado viernes, ya que “es un jugador muy importante” y le ha obligado “a cambiar roles”. Sobre el Hiopos Lleida, Ponsarnau ha remarcado que “están empezando a ser el equipo que quieren ser” y que han sido capaces de “encontrar muchas situaciones de ventaja”.

El entrenador de Tàrrega también ha hablado sobre su vuelta a su tierra natal y ha apuntado que cuando pueda “olvidar la derrota” sentirá “satisfacción”. Por último, el técnico ha apuntado que está “muy contento” por cómo lo ha recibido la gente.

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