Vuelve el Clásico

El Unicaja abrió las ventanas de par en par en la pasada Copa, un soplo de aire fresco que ventiló el torneo. Un año después la sensación es que había varios equipos con opciones de dar la campanada, los duelos de cuartos resultaron magníficos, pero ayer, en las semifinales, el Valencia y el Lenovo sucumbieron frente a los dos transatlánticos. Barridos. Quizá por la impotencia, el Martín Carpena cantaba “estamos hasta los mismos (o algo parecido) del Barça y del Madrid”; pero resultó incontestable: los dos gigantes jugarán la final.

Entre los dos se habían repartido los 13 éxitos anteriores al del Unicaja (2010-2022) y hoy la corona volverá a adornar a un rey clásico. Con un añadido, el pulso en el palmarés está apretadísimo, desde que arrancara la carrera en la temporada 1933-34 con victoria del madrileño Rayo Club. En las 87 ediciones previas, el club blanco ha levantado 28 trofeos (será su final número 52) y el azulgrana, 27 (39 finales). Así que es un partido de campeonato, por la supremacía histórica copera. Palabras mayores en el mismo escenario que ya dejó choques inolvidables, como el de la irrupción de Pau Gasol en 2001 o el del tiro de Llull en 2014.

Los mejores sin discusión en Málaga. Sin embargo, que el Unicaja se hubiera colado en los pronósticos es un gran elogio para el baloncesto español en la campaña en la que Madrid es el indiscutible líder de la Euroliga y el Barça, el segundo, quién sabe si camino de la primera final continental entre ambos.

El quinto duelo de la temporada

Chus Mateo frente a Roger Grimau, primer cara a cara por un título, porque en la Supercopa se cruzaron en semifinales. Campazzo marcó la diferencia entonces, luego el Real repitió triunfo en Euroliga y Liga, ambos en octubre y en el WiZink Center, y el Barcelona respondió en enero en el Palau (Euroliga). En total, 3-1, aunque parece que la brecha se ha reducido en las últimas semanas, con un lógico bajón merengue y el resurgir culé tras un malísimo diciembre.

“Estamos mucho mejor”, dice Grimau. En la Copa, 105 puntos de media (40 ayer en el segundo cuarto, récord). El ataque funciona, Jabari Parker es una joya por talento bruto, Laprovittola capitán general, Willy crece y Abrines asoma tras su lesión. Quizá alguna duda en el base a la espera de Ricky Rubio. Atrás, más sufrimiento, a veces algo de anarquía lejos de casa. El quinto Clásico viene como anillo al dedo para medir la situación real.

El Madrid ha crecido en esta Copa y en la semifinal voló de nuevo, lo vimos en el tercer cuarto: Campazzo, claro, y Musa, Deck, Yabusele, Poirier. A ver Tavares y Hezonja… Hay final, la mejor posible aquí y quién sabe si también en Europa.