Mirotic pone al Barça 2-0 con números de MVP

El Barça toca la gloria. La victoria en el segundo asalto le coloca a un triunfo del título. Nadie hasta ahora se ha sobrepuesto a un 2-0 en la final (hay 16 precedentes con este resultado), así que tiene al Madrid contra las cuerdas, que volverá a recurrir al espíritu de las remontadas para tratar de lograr lo nunca visto en la ACB, lo mismo que consiguió hace dos meses frente al Partizán en la Euroliga con esas tres victorias encadenadas, algo inédito hasta entonces.

El Barcelona, dentro de un pulso igualado, parecía tener cierto control (compartía mejor el balón y daba la sensación de agobiar más atrás al rival); sin embargo, la vieja guardia con Llull al toque de corneta construyó una gran reacción que situó a los blancos a las puertas del éxito: 74-80 a menos de dos minutos. Mirotic, aclamadísimo por su afición en el que puede ser su adiós, y Laprovittola auparon a los azulgranas. El argentino eliminó a Tavares bajo el aro con su habilidad y, a continuación, embocó los dos libres decisivos a 6 segundos de la bocina. Tiempo muerto de Chus Mateo y la última bola, para Llull, que hipervigilado no pudo casi ni armar el brazo. Agua y 2-0 en pleno delirio del Palau. La estrella culé, que ya sabe que será despedido por el Barça cuando acabe esta final, igualó el partidazo de Vesely (18 puntos) y lo superó en la segunda parte con números de MVP: 25 tantos, 5 rebotes, 3 asistencias y 7 faltas recibidas para 31 de valoración.

No hay dos partidos iguales, pero este varió mucho respecto al del estreno porque el Madrid jugó en el primer tiempo trece minutos y medio sin Tavares. Dos faltas del pívot (la segunda parecía un claro tapón a Abrines) lo mandaron al banco de urgencia y salió Poirier. Sin ritmo el viernes, el francés supo caer bien hacia el aro aprovechando la defensa asfixiante azulgrana. Y en esos deslizamientos se hinchó a anotar bajo canasta. Luego apareció Hezonja, que había entrado por Yabusele para jugar de cuatro, y agarró una de sus rachas que inició frente a Da Silva. Les daba desequilibrio a los suyos en el uno contra uno: 12 puntos (14 al descanso) en 7 minutos y 33-36. Los blancos cerraban su tablero en el rebote, aunque sin Tavares, Vesely creció en ataque en el dos por dos, ya fuera en el juego entre pívots o con un exterior. Sacó mucho rédito de la movilidad, y del pase y del tiro corto. El castigador de los merengues despidió la primera parte con un triple sobre la bocina y 15 tantos (45-41).

La agobiante defensa perimetral culé forzaba media docena de pérdidas al rival y, en la reanudación, ponía el +9 (57-48) en los peores minutos de Musa desde que viste de blanco: fallón en ataque, pero lo que de verdad sangraba a sus compañeros es que se lanzara al suelo tras cada error comprometiendo la siguiente defensa colectiva. Chus Mateo lo sustituyó y luego volvió a recuperarlo sin que levantara cabeza. Con el Chacho, Causuer y Rudy de bajitos, llegó el primer amago de remontada. Y está se completó en el último cuarto, después de un triple de Kalinic (71-65), en pleno apagón general local.

Un parcial de 1-13 situó al Real seis arriba, una renta que aún se mantenía (74-80) a dos minutos del final. Un triple de Mirotic y un robo y canasta de Laprovittola lo apretaban todo. Llull (12 puntos en 6:39 del último cuarto) la metía de tres y Sanli respondía con la misma moneda a 55 segundos. Tavares marraba dos libres, Hezonja hacía falta en el rebote y Mirotic castigaba desde la línea: 84-83.

Restaban 16 segundos cuando Llull forzaba una falta y no titubeaba: 84-85. Último ataque (en realidad, el penúltimo), Laprovittola asumía la responsabilidad y entraba en la zona, en territorio Tavares… Los árbitros señalaron personal (la quinta del pívot). El argentino, segurísimo bajo tensión, sumó los dos libres. Apenas seis segundos en el reloj, y la bola para Llull tras tiempo muerto y sacar en campo de ataque. El capitán arrancó por la derecha, lo estaban esperando. Mirotic ayudó a puntear el tiro a Satoransky y el balón bombeadísimo no tocó aro. El Barça acaricia la Liga.