Balvin marca el récord de valoración del Bilbao en ACB: 41
Enorme partido del pívot checo en su vuelta a Sevilla. Todas las penurias unieron al grupo, que hizo un partido muy serio ante un Betis en caída libre.
Suele pasar. Cuando un equipo llega en las peores condiciones posibles a un partido, castigado durante la semana por mil adversidades, se une, se hace fuerte y nadie puede traspasar esa coraza. Encerrado en casa con sus pensamientos, encuentra la motivación y se quita los miedos, las ansiedades. Recapitulemos. Todo empezó con una durísima derrota ante el UCAM Murcia. Siguió en el positivo de un miembro del cuerpo técnico, el confinamiento de toda la plantilla, el contagio de uno de los dos bases (Hakanson) y el corte del pívot Jones, avanzado por el Cholet, su club de destino, cuando aún quedaba una firma para darle oficialidad. Sin más que un entrenamiento serio, tras viajar dos días antes, el Bilbao Basket se presentó en San Pablo. Y, a todo esto, Rousselle, el único director de juego, desfiló por cinco faltas en los dos minutos finales, cuando se jugaban las alubias. La teoría marcaba que iba a ser un equipo tembloroso, aunque todos hicieron trabajo física en el silencio de sus hogares. Pero a la cabeza no se le puede domesticar, funciona por lo que ve e intuye. Y ahí estaba el problema. A Burgos el año pasado se fue en precario, sin Rousselle ni Sulejmanovic, y ocurrió lo mismo. No hay como dar al click del victimismo para sacar el héroe que llevamos dentro.
A lomos de Balvin, el jugador franquicia de este equipo estos dos años y al que nadie que sepa de baloncesto se atrevería a discutir, el equipo de Mumbrú volvió a ganar casi dos meses después. Y luego está el equilibrio exterior del mejor Kulboka en la historia de la ACB. Lo que sale de Sevilla es un grupo renacido, un plantel que estaba en la UVI después de cinco derrotas consecutivas y que deja los puestos de descenso para estas dos semanas de parón en la que va a ver que el sol al fin se asoma por Miribilla. Que se preocupen otros ahora, por ejemplo este Betis que huele a chamusquina. A Curro Segura le esperan días críticos. Se parece bastante al que bajó hace más de dos años. Muchas nacionalidades y jugadores individualistas que van por libre. Feldeine, un baloncestista con etiqueta Euroliga, es el que tira del carro pero no hay filosofía de grupo.
El RETAbet hasta jugó más fluido sin esas retenciones que suele aportar Hakanson. Empleó el 'pick and roll' con asiduidad. Los porcentajes de acierto descendieron en un segundo parcial para los béticos. Kay sostuvo con sus puntos a un equipo al que le costaba sacudirse el dominio bajo los dos tableros de Balvin. Los vizcaínos gestionaron a la perfección su renta cercana a la decena en los diez minutos finales a pesar de que los exteriores suplentes del equipo de Segura, Harrow y el exhombre de negro Borg, tomaron la responsabilidad en ataque y se acercaron a una distancia peligrosa. Las pérdidas, muchas en primera línea, podían generar dudas, pero esta vez había mucha más dureza mental. Ni la eliminación de Rousselle, con Brown tomando las riendas, algo que no le va mucho, les separó del objetivo del triunfo.