Jones deja el Bilbao Basket y se marcha al Cholet francés
El club galo ha anunciado su fichaje sin que en Miribilla aún se hayan pronunciado. Moses se queda por el momento con los 'hombres de negro' pero también puede salir. Se busca un exterior
Pocas veces se da en deporte profesional. Un club anuncia el fichaje de un jugador que pertenece a otro que no ha comunicado su salida. El Cholet ha dado oficialidad a la contratación de Aaron Jones, que había firmado por dos años con los 'hombres de negro' y el baloncesto le ha dado un regate. Llegó a Miribilla como 'cinco', luego pasó al 'cuatro' mientras Moses hacía el camino inverso, y aquel se veía con recorrido en el RETAbet, ya que el descarte iba a ser el nigeriano. Pero éste jugó bien contra el Bamberg en Champions y acabó arrebatando el sitio a Jones.
Aaron ya no fue convocado en el último partido de Liga ACB ante el Murcia y no ha viajado con el resto de la expedición a Sevilla. Parecía que las cosas se le ponían en chino. La llegada de Huskic como cinco le deja sin sitio, para devolver a Moses al cuatro. Ahora podría llegar un tirador norteamericano para reforzar el perímetro, ya que Mumbrú no tiene muchas armas ofensivas desde lejos. Eso sí, Moses tampoco tiene muy seguro que vaya a continuar, es cuestión de encontrarle acomodo. Un 2x1 de jugadores que han fracasado en Bilbao,
Jones se formó en la Universidad de Misisipi entre 2011 y 2015, con 3,1 puntos y 2,5 rebotes durante su último año en 2014-15. En la campaña 2015-16, fichó por el Rhein Stars Koeln de la Segunda División alemana (11,5 puntos y 7,2 rebotes), y la temporada siguiente pasó al club búlgaro BC Beroe. con el que ganó Liga y Copa en 2017, siendo seleccionado para el All Star. Pasó por la República Dominicana con los Huracanes del Atlántico antes de regresar a Europa, para disputar la temporada 2017-18 en Finlandia, con Vilpas Viking finlandés. Coincidió con Jaylon Brown y alcanzó una buena carta de recomendación. También pasó por Grecia y China. En el Hakro Merlins Crailsheim germano destacó y dio el salto a la ACB, donde se ha mostrado muy blando y apático (4,1 puntos y 3,8 rebortes). Su adaptación ha sido nula, aunque no caben reproches hacia su profesionalidad. Hacer olvidar a Lammers era una difícil papeleta. Por no decir imposible.