Una joven heredera austríaca decide repartir 25 millones entre personas que lo necesiten
Marlene Engelhorn forma parte de las familias más ricas de Austria y es firme defensora de aumentar el impuesto a las grandes fortunas. Un consejo ciudadano elegirá a los afortunados.
“Si quieres ser rico, no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia”. La activista y heredera millonaria austriaca, Marlene Engelhorn ha decidido aplicar esta máxima epicúrea y repartir el 90% de su herencia (unos 25 millones de euros) entre 50 ciudadanos mayores de 16 años. La joven publicista de 32 años fue criada en una de las familias más ricas de Austria, ya que su abuelo fue uno de los principales inversores de la multinacional química BASF. Su abuela, al morir, poseía un patrimonio de más de 4.000 millones de euros, de los cuales 25 fueron a parar a su nieta, firme defensora de ampliar los impuestos a las grandes fortunas.
“Consejo para la redistribución”
“La riqueza no consiste en tener muchas posesiones, sino en tener pocas carencias”. Siguiendo una vez más los consejos del filósofo griego, resulta lógico que aquel que no tenga carencias, quiera solventar a aquellos que sí las padezcan. Frau Engelhorn, que cuando recibió la herencia dijo que no la quería porque no había hecho “nada para recibirlo”, ha creado un “Consejo para la buena redistribución”, al que ha invitado a 10.000 ciudadanos seleccionados al azar para que participen en el proceso de elección de los 50 afortunados. Los 50 seleccionados participarán en sendas reuniones de marzo a junio en las que, junto con académicos y organizaciones de la sociedad civil, determinarán qué hacer con el dinero.
Desigualdad e impuestos
La concientización de Marlene posiblemente esté influida por el país donde ha crecido y es que Austria es el cuarto estado de la Unión Europea con menor distribución de la riqueza; el impuesto de sucesiones no existe, tampoco el de la propiedad y el de la propiedad de la tierra es de un 0,2%, mientras que un 1% de la población posee el 40% de la riqueza nacional. Marlene, que dijo haber tenido una infancia de “niña rica privilegiada” se ha mostrado muy crítica con este tipo de medidas que benefician a las grandes fortunas, como la suya, y ha exigido en repetidas ocasiones mayores impuestos.
“Fracaso de la política”
La lógica, argumenta Marlene, no se sostiene: “Muchas personas tienen problemas para llegar a fin de mes con un trabajo a tiempo completo y pagan impuestos por cada euro que ganan en su trabajo. Esto es un fracaso de la política”. La activista, aunque muy relacionada con la esfera política del país, siempre ha rechazado formar parte de alguna formación y cuando se le preguntó al respecto, su respuesta fue contundente: “¿A quién representaría allí? ¿Más niños ricos en el Parlamento? Ya estamos sobrerrepresentados”.
Muchos ciudadanos austriacos han recibido estos últimos días una carta que leía: “¿Le gustaría participar en el “Good Advice”? ¿Te gustaría ayudar a repartir 25 millones de euros de forma justa?”. En caso afirmativo, se puede formar parte del Consejo Ciudadano que votará a los beneficiarios de la fortuna, que se espera que representen a diferentes grupos de edad y proveniencia. Y como el lector, probablemente, no forme parte del selecto grupo, hay una última frase epicúrea para él: “El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo”.
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