Los cambios que sufrirá el nutriscore en 2024: así serán las modificaciones en el ranking de cada alimento

En nuestro país, en la actualidad, un 53,6% de adultos y un 40,6% de niños de entre 6 y 9 años tienen exceso de peso (obesidad o sobrepeso). Aunque presumamos de la dieta mediterránea, lo cierto es que muchos críticos y expertos gastronómicos alertan cada vez más de la “americanización” del consumo alimentario en países como España. Ante este problema, y la preocupación que genera en la sociedad, es habitual ver cada vez más intentos por concienciar y ayudar a la población a tener una dieta sana. Uno de los proyectos más “visibles” en este sentido fue la aparición de NutriScore, un pequeño semáforo alimenticio que aparece en el envase de los productos procesados y que indica, en una escala de 5 letras y colores, cómo de sano/recomendable es un producto.

Resultados polémicos

NutriScore utiliza un sistema de puntuaciones para establecer si un producto es una A (verde, recomendable) o una E (rojo, muy poco recomendable) o cualquiera de los valores intermedios. Para valorar la calidad del producto se emplea un algoritmo que suma las cosas “malas”: cantidad de calorías, azúcares, grasas saturadas etc. y resta las “buenas”: porcentaje de frutas, verduras, aporte de fibras y proteínas etc. Sin embargo, muchas veces ha recibido críticas por las notas “dudosas” de algunos de los productos. Por ejemplo la Coca-Cola Zero durante mucho tiempo tuvo una A (ante lo que Nutriscore tuve que retractarse), los cereales de Chocapic una B, mientras que el aceite de oliva tiene una D.

Un test manipulable

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) avisa de que NutriScore solo es útil para comparar productos de una misma categoría, así, el aceite de oliva, a pesar de su baja puntuación, tiene mejor nota que otros aceites vegetales. Los cereales, las bebidas, los tipos de pizza se tienen que comparar entre sí y no con otros productos del supermercado. La diferencia en los valores también se dan porque Nutriscore no tiene en cuenta el consumo habitual del producto, sino su valor cada 100 gramos, es por ello que una Coca-Cola puede aparecer como más saludable que el aceite de oliva, que cuando se usa no suele ser en cantidades tan grandes. Pero este no es el único motivo. Las empresas alimentarias, sabiendo qué criterios se tienen en cuenta para posicionar a los alimentos, utilizan esto para, por ejemplo, añadir ingredientes “positivos” como la fibra o las proteínas o reducir los ingredientes “críticos” justo por debajo de un valor determinado y así conseguir manipular los resultados sin apenas cambiar el alimento.

Cambios

La autoridad francesa que tiene los derechos de NutriScore, Santé Publique France, ha tenido que enfrentarse a estas y muchas otras acusaciones que achacan al algoritmo una baja fiabilidad. En 2021 se formó un primer comité científico que pudiera solucionar algunos de estos problemas y recientemente se han publicado una serie de consideraciones que pretenden mejorar la calidad de las valoraciones. El pescado azul, los quesos madurados, los productos integrales, los frutos secos y los aceites vegetales serán, a partir de ahora, mejor valorados. Por el contrario, los productos azucarados y los platos preparados serán más penalizados. También verán reducida su nota las bebidas con altos niveles de azúcar y edulcorantes.

Pero, antes de lanzarse al supermercado a llenar su carrito de etiquetas verdes, debe considerar que NutriScore solo trabaja con productos procesados, cuando lo realmente sano es intentar reducir el consumo de este tipo de productos. NutriScore se fija en la cantidad más que en la calidad y no considera factores como el grado de procesamiento del producto, así que, si realmente le preocupa su alimentación, vaya a la frutería de su barrio, que no tendrá etiquetas modernas, pero le asegura una dieta sana.