Los búnkeres y refugios antiatómicos que hay en España
Los refugios en España son escasos y no todos son nucleares, por esa razón se esta acelerando su construcción.
La expresión de guerra nuclear, es algo que se lleva repitiendo mucho durante los últimos días, fruto de la fuerte tensión entre Rusia y la OTAN, ante la invasión rusa de Ucrania. En este sentido, Rusia lanzó este martes un misil balístico hipersónico, pero sin carga nuclear. Al mismo tiempo, Moscú ha amenazado con atacar una base estadounidense ubicada en Polonia con “armas avanzadas”.
En este contexto, países como Noruega, Finlandia y Suecia ha estado repartiendo “manuales de guerra” entre sus ciudadanos en caso de que la guerra afecte a sus territorios, por parte de Rusia. Por su parte, el imperio rusos ha acelerado la producción en masa de “refugios antinucleares móviles”.
Refugios antinucleares en España
No hay datos exactos sobre esta cuestión, pero sí se conoce que a raíz de que Putin iniciara la invasión de Ucrania, la demanda de búnkeres antinucleares se aumentó en España. De esta manera, las empresas dedicadas al sector de la construcción empezaron a recibir encargos para la construcción de refugios privados, con el objetivo de poder protegerse en caso de que la guerra, llegue a territorio nacional. “El 70% de nuestros clientes quiere un búnker por temor a que la guerra llegue a España”, señala la empresa VM Modular. Por su parte, el Gobierno de España prepara el primer plan nacional de protección civil específico para afrontar el “riesgo bélico”.
De esta manera, es necesario contextualizar con los refugios que hay en España en caso de guerra, eso sí, son pocos y no todos son antinucleares:
- Palacio de La Moncloa (Madrid): Es el refugio de la sede de la presidencia del Gobierno, las características de este búnker son desconocidas, pero sí se conoce que está preparado para retener ataques nucleares y químicos. Cuenta con una superficie de 7.000 metros cuadrados y tres niveles de profundidad.
- Base de Torrejón de Ardoz (Madrid): La Base Aérea de Torrejón de Ardoz cuenta con un refugio subterráneo que dispone de 10.000 metros cuadrados de superficie para albergar a 600 personas.
- El Capricho (Madrid): En el parque más bello de Madrid, hay un refugio que fue empleado durante la Guerra Civil Española. En teoría, tiene capacidad para aguantar una ataque nuclear y mide unos 2.000 metros cuadrados.
- Hotel Ébora (Talavera de la Reina): La empresa ACB construyó en un hotel, uno de los refugios antinucleares más grandes de España y se encuentra en los bajos del Hotel Ébora en Talavera de la Reina (Toledo).
La mayoría de los refugios públicos que existen en España, no pueden considerarse verdaderos refugios antiatómicos que se construyeron durante la Guerra Civil. Algunos casos son el Búnker del Carmel y de Santa Susana, en Barcelona; el Búnker de Villa del Río (Córdoba); Búnker de Los Muertos, en Cabo de Gata (Almería) o el Búnker de Santa Úrsula (Tenerife), entre otros.
¿Hay que pensar en un “refugio propio”?
En vista de lo reducidos que son los refugios públicos y lo antiguos que son los existentes. ¿Es momento de pensar en un refugio propio? El problema principal en esta cuestión es el alto coste que supone la construcción de un búnker. Según la empresa ABQ, el coste de un refugio de 25 plazas supera los 60.000 euros, y de 50 personas asciende a más de 71.000 euros. Además, a este gasto hay que sumarle la excavación, la fontanería, el hormigón etc.
Antonio Alcahud Lara fundó ABQ a mediados de los 70. Su empresa patentó sus refugios antiatómicos en los años 80, con la Guerra Fría ya en sus últimos compases, y ha construido más de 400, muy exclusivos y caros. En este sentido, se entiende que haya construido búnkeres privados en zonas de la denominada “Madrid Rico”, en áreas como Somosaguas, Puerta de Hierro o Majadahonda. También en localidades de Barcelona como Sant Cugat, Castelldefels, Premiá o El Masnou.
¿Qué debe componer un búnker?
Como pilar principal, un búnker debe situarse como mínimo a diez metros de profundidad, tener una losa de hormigón de al menos un metro de grosor, disponer de trajes de protección y máscaras y contar con puertas blindadas, que sean capaces de soportar fuertes impactos. Los búnkeres deben disponer de dos habitaciones principales, una de ellas destinada a recoger toda la maquinaria, con los generadores, baterías o gasoil, así como el filtrado del agua y del aire, según señala Según Cristian Sadic, empresario dedicado a su construcción.
Por su parte, Sadic expone que los búnkeres que su empresa construye están diseñados para que las personas que se refugien en él puedan aguantar hasta quince días sin salir. Sin embargo, se construyen otros habilitados para pasar un mes, un año o incluso, dos años.
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