La idílica isla deshabitada porque un humano muere en menos de una hora
En esta isla brasileña se cree que hay entre una y cinco serpientes con un veneno letal por metro cuadrado.
En la costa de Brasil, a unos 33 kilómetros de São Paulo, se encuentra una pequeña isla que ha capturado la imaginación de aventureros y científicos por igual. Se trata de Ilha da Queimada Grande, más conocida como la “Isla de las Serpientes”. Este lugar, de apenas 43 hectáreas, alberga una de las mayores concentraciones de serpientes venenosas del mundo.
Ilha da Queimada Grande es hogar de la víbora de la isla (Bothrops insularis), una especie endémica que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta. Esta serpiente, conocida por su veneno letal, se ha adaptado perfectamente a las condiciones del lugar. Según estudios, su veneno es hasta cinco veces más potente que el de sus parientes continentales, lo que le permite cazar aves migratorias con facilidad.
Acceso muy limitado a la isla
Debido al peligro que representan sus habitantes, el gobierno brasileño ha restringido el acceso a la isla. Solo científicos con permisos especiales pueden visitarla, con el fin de estudiar su singular biodiversidad y buscar posibles usos médicos para el potente veneno de la víbora, además de los militares brasileños que se encargan del mantenimiento de la única construcción de la isla, su faro. Estas investigaciones han revelado que el veneno de Bothrops insularis podría tener aplicaciones en el tratamiento de enfermedades cardíacas y otras afecciones.
Algunos relatos hablan de piratas que escondieron tesoros en la isla, protegidos por las serpientes, y otros mencionan a pescadores desafortunados que nunca regresaron tras aventurarse demasiado cerca de sus costas. Aunque muchas de estas historias son mitos, la realidad no es menos impresionante: se estima que hay entre una y cinco serpientes por metro cuadrado, lo que convierte cualquier incursión en una arriesgada aventura.
La teoría más aceptada y con mayor rigor científico explica que la isla estaba unida al continente, pero tras una crecida del nivel del mar hace unos 10.000 años quedó completamente aislada. En ese momento, las serpientes que quedaron en la isla comenzaron a evolucionar de una manera distinta a las que habitaban en tierra firme. Desarrollando características diferentes, especialmente en la mortalidad de su veneno.
A pesar de su temible reputación, Ilha da Queimada Grande es un importante refugio ecológico. Las autoridades y científicos trabajan para proteger este hábitat único y sus residentes. El aislamiento de la isla ha permitido que la vida silvestre prospere sin las presiones humanas directas, convirtiéndola en un laboratorio natural de un valor incalculable para el estudio de la evolución.
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