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Así era la Bomba H, el arma termonuclear que Estados Unidos probó en el Pacífico

Su mecanismo se basa en el calor extremo y la presión generada por una explosión atómica inicial para comprimir y fusionar el hidrógeno en helio, liberando una cantidad colosal de energía.

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La bomba H, también denominada como bomba de hidrógeno o arma termonuclear, representa uno de los logros tecnológicos más inquietantes y aterradores del siglo XX. Fue desarrollada durante la Guerra Fría por Estados Unidos como una respuesta a la amenaza nuclear percibida por la Unión Soviética.

A diferencia de las bombas atómicas convencionales, que utilizan la fisión nuclear para liberar energía, la bomba H es un arma termonuclear que emplea la fusión nuclear para conseguir explosiones mucho más potentes y devastadoras. Su mecanismo se basa en el calor extremo y la presión generada por una explosión atómica inicial para comprimir y fusionar el hidrógeno en helio, liberando una cantidad colosal de energía.

Proceso de la bomba H

El proceso de la bomba H se podría resumir de la siguiente manera:

  • La bomba H tiene dos partes, una que es en realidad una bomba nuclear convencional y otra que está formada por el combustible de fusión, normalmente en forma de cilindro de varias capas de materiales como el deuterio de litio. En su núcleo, además, hay también plutonio (material de fusión). Las dos partes se suspenden en espuma de poliestireno.
  • Primero, un explosivo detona la primera parte y comienza un proceso de fisión (es decir, una explosión nuclear convencional).
  • La primera detonación emite radiación (rayos X) que irradian la espuma de poliestileno.
  • Llega la fusión nuclear. La espuma de poliestileno se convierte en plasma y comprime el material de la segunda parte.
  • El deuterio de litio está comprimido y calentado, por lo que inicia su reacción de fisión. Su flujo de neutrones hace que el plutonio de su núcleo entre en fisión y se completa la reacción en cadena fisión-fusión-fisión.

Carrera armamentista nuclear

Estados Unidos llevó a cabo su primera prueba de una bomba H el 1 de noviembre de 1952, conocida como “Ivy Mike,” en el atolón de Enewetak, en el Pacífico. La detonación fue impresionante y generó una explosión equivalente a aproximadamente 10.4 millones de toneladas TN, lo que la convirtió en la explosión más grande jamás realizada en la Tierra.

El poder destructivo de la bomba H dejó claro el potencial peligro de este tipo de armas e incrementó las tensiones entre la Unión Soviética y Estados Unidos, en lo que se conoció como carrera armamentista nuclear. Y es que ambas superpotencias se embarcaron en un esfuerzo para desarrollar arsenales nucleares cada vez más potentes, lo cual provocó temores de una devastadora guerra nuclear.

Símbolo de la capacidad destructiva del ser humano

El gran peligro de las bombas H es que su capacidad destructiva no tiene límite desde el punto de vista teórico, porque cuanto más material se use, más aumenta su poder destructivo. A pesar de la amenaza que representan las armas termonucleares, la comunidad internacional ha trabajado en acuerdos de control de armas y tratados de no proliferación nuclear para reducir el riesgo de una catástrofe nuclear.

No obstante, la bomba H continúa siendo un símbolo de la capacidad destructiva del ser humano y una poderosa advertencia sobre los peligros de la guerra nuclear. Además, permanece como un recordatorio del poder destructivo que poseen las armas nucleares y la importancia de la diplomacia y el desarme nuclear para garantizar la paz y la seguridad mundial.

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