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La inteligencia británica revela el motivo por el que Rusia ha reducido un “30%” sus bajas

Tras el fracaso de la ofensiva de invierno, el Kremlin ha reestructurado su organización en el campo de batalla. El motivo principal, la contraofensiva ucraniana.

STRINGERREUTERS

Antes de un terremoto las arañas tejen más rápido. La respuesta de ciertos animales, capaces de percibir las vibraciones primarias de la tierra antes que el resto de humanos, a los desastres naturales guarda una relación muy parecida a la organización militar en la que se disponen los diferentes regimientos a lo largo de los territorios de una contienda. Y así lo corrobora el descenso de bajas rusas durante la primavera.

Este tipo de actuaciones naturales y militares se manejan bajo la estrategia. Desde el ministerio de Defensa de Reino Unido se ha reseñado el contraste entre dos cifras que, si bien estaban al alcance de todo el mundo, pocas personas habían reparado en lo que puede advertir. Mientras que en el pasado mes de marzo el promedio de bajas rusas alcanzó las 776 diarias, este mes de abril se ha estancado en las 568. Es decir, más de 200 personas menos al día. Exactamente, 1.456 a la semana.

La contraofensiva ucraniana llama a la puerta

Aunque estas cifras responden a la publicación que realiza cada jornada el Estado Mayor de Ucrania, y no se pueda verificar la metodología empleada por Kiev, desde el servicio de inteligencia británico apuntan a que “la tendencia general probablemente sea precisa”. Responda la realidad de manera exacta o no, estos números evidencian una realidad y, sobre todo, advierten del próximo gran episodio de esta contienda.

Durante los primeros compases del año, la tendencia de bajas en las tropas del Kremlin era muy alto. Sumando, algunos días, más de mil en 24 horas. Un descenso de tal magnitud -supone un 30% menos- no ocurre por casualidad. El motivo, según el gabinete de Defensa de Reino Unido, se debe al cambio de estrategia que han ordenado desde las cúpulas militares rusas.

“Es muy probable que las pérdidas de Rusia se hayan reducido, ya que su intento de ofensiva de invierno no logró sus objetivos”, reza el comunicado oficial. En realidad, la ecuación es bastante sencilla: morían más personas porque estaban sumidas en un intento de ofensiva. Cuantos más soldados en el frente, menos vuelven a casa.

La segunda parte de esta fórmula bélica se debe, siempre según los análisis que realiza dicho ministerio, a que “las fuerzas rusas ahora se concentran en prepararse para las operaciones ofensivas ucranianas anticipadas”. El repliegue de las tropas del ejército de la Z respondería así a un proceso de reestructuración que tiene como único fin organizarse defensivamente ante el gran tsunami: la contraofensiva de Ucrania.

No es un zarpazo cualquiera. El plan de Zelenski pasa por emplear todo el arsenal que, desde hace meses, está recopilando. Los famosos Leopard, los ansiados aviones de combate, los temidos Abrams, etcétera. Este terremoto, por arte de magia bélica, ha convertido a los soldados rusos en arácnidos que tejen más rápido ante la llegada de un desastre natural.

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