¿Me pueden multar si no llevo al perro con correa y bozal y de cuánto es la sanción?

Según los datos de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), en 2019 había alrededor de 13 millones de mascotas registradas en España. Los perros son, con diferencia, la opción preferida para las personas que se deciden por tener una mascota. A estos, les siguen los gatos, los pájaros y las aves.

Cuando se tiene un perro, hay que conocer exhaustivamente la legislación que cada municipio impone sobre la tenencia y el cuidado de animales. Estas normas tienen un amplio contenido con diversas excepciones, que abarcan desde la colocación del perro en el interior de un vehículo, la identificación del animal o la recogida de excrementos.

Multa por llevar al perro sin correa

La principal razón por la que uno se pregunta si puede pasear a su perro sin correa es pensando en la libertad del perro. Muchas personas consideran que llevar al perro suelto es por pura comodidad del humano. El perro, por muy hogareño que sea o muy mimado que esté, al final es un animal y necesita comportarse como tal.

En España, la legislación obliga a llevar al perro con la correa, solo pudiendo soltarlo en los espacios habilitados para los caninos. La multa por llevar al perro suelto oscila entre los 90 y los 300 euros y aumenta si la raza del perro es considerada como peligrosa (Pitbull Terrier, Dogo Argentino, Rottweiler, Tosa Inu, American Staffordshire Terrier, Akita Inu o Staffordshire Bull Terrier, entre otros).

Uso del bozal

En este caso, la multa puede llegar a los 3.000 euros. También, en determinados casos es obligatorio el uso de bozal, tal y como para viajar en muchos medios de transporte, como por ejemplo en los trenes de RENFE Cercanías o en los viajes en barco en los desplazamientos fuera del área destinada a los animales de compañía.

Además, en todos los paseos en lugares y espacios públicos de los perros considerados potencialmente peligrosos según el Real Decreto 287/2002: perros de raza, perros que manifiesten un carácter marcadamente agresivo y perros que reúnan todas o la mayoría de características descritas en el Real Decreto 287/2002.

Recomendaciones

Al Real Decreto 287/2002 se suman obligaciones previstas en las leyes autonómicas y las ordenanzas municipales que podrían ampliar la obligatoriedad del bozal a otras circunstancias. Por ello, es importante entrenar con el perro diferentes habilidades, desde órdenes sencillas como el sentarse o enseñarle a tumbarse ya que, de lo contrario, no vas a poder relajarte ni un segundo.

Además, el bozal está recomendado para prevenir las mordeduras en el caso de perros que en base a sus antecedentes o su temperamento muestren conductas agresivas, para evitar accidentes en las clínicas veterinarias o en las peluquerías caninas y para evitar riesgos en los paseos por zonas donde el perro suele coger comida, basura o heces del suelo.