Se lamenta por lo que, según afirma, dicen los franceses sobre los españoles en las comidas

Existen pocos elementos que ejerzan mejor la unión que la comida. No existe frontera que, si las dos partes acuerdan con afabilidad, no pueda ser atravesada por una mesa larga colmada de platos. Sin embargo, también es ley universal que un puente precisa de dos orillas y que si uno de los dos decide dinamitar la relación, entonces, no hay conversación ni almuerzo posible. A esto se ha referido la creadora de contenido española María del Pino, que ha dedicado una reciente publicación a lamentar la actitud que los franceses tienen hacia la gastronomía española.

Diríase que la opinión de los galos se fundamenta en la envidia, en el desconocimiento o en un engaño generalizado en el que todos caen por pura teoría del espejo. Caben pocas posibilidades más. La tal María, ‘Mariadpv’ en TikTok, ha confesado a sus más de 60.000 seguidores que, simple y llanamente, está harta de asistir al mismo erróneo discurso: “Si vives en Francia estoy segura de que has pasado por esta situación, y hoy vengo a quejarme o, al menos, a desahogarme. Siento que los franceses tienen el hobbie raro de, en las cenas, comidas y almuerzos que hacen, meterse con la comida española".

El problema de hablar sin visitar y de visitar sin mirar

Lo hacen convencidos, “como si les fuera la vida en ello”. Palabras textuales que ha escuchado la influencer: “Ah no, yo es que cuando estuve en Barcelona me pareció todo lo mismo”; “yo lo que comí fueron nachos, tacos...”; “no, pero ustedes tienen muchas especias, son muy picantes los platos”; “la comida española, horrible, de hecho estuve dos días en el baño de lo mal que me sentó”. La indignación se tatúa en su rostro. “Vamos por partes”, se remanga mentalmente.

La persona que deslizó el comentario sobre la ciudad condal se gastó 89 euros en diez tapitas. “Me enseñó una foto y no conocí ninguna tapa de las que salían en la foto”, alucina. María juzga que no les importa incurrir en el error si el precio a pagar es denostar el arte culinario español. “Estos comentarios, que los sueltan todos juntos y se ponen en complot, vienen de personas que no han ido a España, que no conocen la gastronomía española”, lamenta, luego esboza una máxima que debería poner de acuerdo a todo el mundo: “No puedes decir que la gastronomía de cualquier país es horrible y asquerosa si ni siquiera la has probado”.

En el caso de sus conocidos, no fueron a restaurantes típicos, sino a locales modernos que no encuentran platos tradicionales entre sus propuestas. “Si quieres probar la comida tradicional español vete al primer bar que encuentres que se llame ‘bar los pepitos’”, aconseja, invitando a todos los franceses que únicamente conocen la tortilla de patata y la paella a meterse en cualquier pueblo; o, incluso, en la casa de su madre “a probar las lentejas, el potaje y el puchero”.

Suspira. No va a cambiar nada, pero lo tenía que decir y lo ha dicho. “Me enervan, es un tema que me da muchísimo coraje. Y ya está, ya me he desahogado”, respira. Y fin.

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