Este es el ‘truco’ de la “joyería más barata de Europa”

Se han llenado las nuevas generaciones en redes sociales de expertos en negocios, extendiéndose una filosofía de emprendimiento que ha convertido Internet en un manantial de proverbios sobre el mundo empresarial y consejos económicos y vitales. Sin embargo, antes de que esta explosión mediática afectase de lleno a lo digital, ya había mucho escrito acerca de estos asuntos; también se había generado una gran cantidad de conocimiento popular en torno a ellos. No en vano se dice que quien no arriesga, no gana.

Esta última frase pareciera llevarla tatuada en su cabeza el propietario de Joyería Ferrezuelo, en Cádiz, quien ha charlado con el creador de contenido ‘Planet Effect’, quien acumula cerca de 20.000 seguidores en TikTok, sobre la fama que su negocio posee: su local es conocido en el Viejo Continente por considerarse la joyería más barata de Europa, fama que, si se espera sacar beneficio en tan complejo universo, debe conjugarse con una administración y gestión admirables.

La clave no está en otro sitio que no sea el modelo de negocio. “Mi idea es que yo siempre he vendido caro, como todo el mundo vendía, como mi hermano, como mi padre, como mi familia. Entonces yo me di cuenta de que la joyería estaba ‘cerrada’, incluso me ponía con una televisión jugando a la play”, cuenta, recordando aquellos tiempos en los que perdía más de lo que ganaba. Un día algo hizo ‘clic’. Y se dio cuenta.

“Empecé a bajar los precios mucho para vender cinco veces, en lugar de una vez y más cara; al bajar los precios notas que viene más gente, y ya es verdad que viendo la competencia a nivel europeo en relojes, diamantes y joyas, pues me di cuenta de que tenía muy poco margen [de beneficio]”, relata. Fue entonces cuando cayó en que, estudiando el mercado, tenía menos margen de lo que normalmente se manejaba. “Podía decir esa frase, que es muy fuerte, de que tengo la joyería más barata de Europa”, añade.

Un ejemplo con cifras reales

Pone un ejemplo práctico. “Tengo relojes, que los compro en 15.500, pero que si se venden en 16.000, pues yo lo vendo en 15.800. Mínimo margen, pero es que el reloj yo lo vendo en un día”, expone, confesando que en ese instante tan solo tiene un diamante grande “porque cada vez que me entra uno se vende rápido”.

De nuevo, la clave está en el riesgo. “También he perdido porque hay veces que me he confundido y he tenido que fundir para hacer dinero, pero tengo el riesgo, comprando a cuatro por encima del oro de cotización, de perder dinero porque juego con la cosa de que voy a intentar venderlo”, expresa, reduciendo a una máxima sobre la que se sustenta todo el conocimiento relativo al comercio y que entiende todo aquel que tenga un mínimo de raciocinio: “Si no lo vendo, pierdo”.

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