El truco de una pescadera para ahorrar en marisco durante las compras de Navidad: “Pueden subir 5 o 6 euros de media el kilo”

Puede el marisco no ser el producto más consumido durante el año en los hogares españoles, pero al llegar la Navidad se cuela en el listado de ‘imprescindibles’ casi sin pedir permiso y sin admitir tampoco discusión por parte de nadie. Ocurre que, a diferencia de otros alimentos, su precio hace que cada calendario resulte más complicado incluirlo en el menú navideño. Por ello, como renunciar al marisco no puede dejar de ser opción, y como ahorrar tampoco debe dejar de serlo, todos los consejos de expertos que ayuden a cumplir ambas metas son bien recibidos.

Una de las personas que se ha pronunciado ha sido Lourdes Canon, pescadera al frente de Pescadería Encarnita, en la calle Juan Echevarría de Huétor. Conoce la profesión desde pequeña porque el negocio que hoy regenta fue en tiempos levantado por su madre; 52 años después, su “clientela fiel y muy buena” sigue acudiendo a cada Navidad a comprar marisco. Por ello conoce todos los entresijos de esta operación.

El tiempo, la técnica y el tamaño

Según Lourdes, la clave es adelantarse a la compra y no esperar al último momento porque, además de que los productos “pueden subir cinco o seis euros de media el kilo”, uno puede no encontrar aquello “más específico que uno tiene por capricho”. Entre otros motivos que explican la subida de precio se encuentra la falta de género, ya que “conforme se acercan estas fechas importantes mucho pescado se va para Madrid o se queda en el norte, en Galicia”.

El consejo radica en qué hacer cuándo uno lo compra días antes de su consumo. Y ahí la pescadera no tiene duda. “Se cuece y se congela con el mismo agua, cuando ya esté templada, en un tupper. Se saca un día y medio antes de la comida o cena en la que se quiera servir y está como recién cocido”, dice a Ideal.

Otro consejo obedece al tamaño de las piezas que se compren; puesto que, como resulta evidente, cuanto más grande, mayor es el precio. Por pura matemática, en ocasiones será más rentable adquirir dos pequeñas que una grande. Y si no, siempre se puede “encargar una buena mariscada por un precio mucho más bajo” una vez pase la Navidad. Porque lo de no comprar marisco, así como ahorrar, no es una opción.

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