JUSTICIA

Un preso español desvela cómo es la cárcel en la que ingresará Daniel Sancho

Artur Segarra asegura que los interiores de la cárcel de Bang Kwang son como el “tercer mundo”, dado que duerme en el suelo y come solo dos veces al día.

El nombre de Daniel Sancho sigue instalado en lo más arriba del foco mediático desde el momento en el que confesó a la policía de Tailandia ser el asesino de Edwin Arrieta. Este suceso, que ha suscitado un gran interés en la opinión, ha propiciado que algunos medios de comunicación estén realizando una laboriosa investigación acerca de todo aquello que rodea a la figura del hijo de Rodolfo Sancho, que se encuentra interno en la cárcel de Koh Samui, aunque tiene todas las papeletas de pasar al centro penitenciario de Bang Kwang, catalogada como una de las peores prisiones del mundo.

Un preso español de este centro, bajo el nombre de Artur Segarra, que está entre rejas por ser líder de una red de estafas a nivel nacional e internacional, ha compartido una carta con Tarde AR acerca de cómo es su día a día en la cárcel de Bang Kwang. El interno asegura que los interiores de esta prisión son como el “tercer mundo”, dado que duerme en el suelo con tres mantas y solo come un par de veces al día.

“Me levanto a las 3:30 horas de la mañana para leer la Biblia. Las celdas son comunas de unos 20 a 24 presos. A las 6:50 horas de la mañana abren las puertas para una duda, a las 7:00h el desayunar. El presupuesto diario por preso para tres comidas es de 1,50 euros. A las 13 horas como con mi amigo y a las 15:45 horas nos encierran de nuevo, 16 o 17 horas al día sin comida, solo agua, durmiendo en el suelo con tres mantas. Lo que es temer día a día, tienes que entender que esto es el tercer mundo, ahora nos han puesto cámaras, pero yo sigo yendo con el pincho en el bolsillo”.

“Todo depende de lo que le puedas pagar”

Por otro lado, Segarra reconoce que Daniel Sancho se enfrenta a un “escenario complicado” debido a las acusaciones que tiene que hacer frente en el juicio definitivo, que dará a conocer cómo será la condena. “Tiene dos opciones: pelear el caso, con lo que necesitará que en las jornadas de juicio esté presente un oficial de la Embajada, para enfrentarse a la pena capital, para repasar declaraciones y evidencias. La segunda opción es aceptar una previa negociación con la Fiscalía”.

No obstante, el interno asegura que no se puede confiar en la justicia del país asiático porque sus sentencias son “ridículas” y “desproporcionadas”. “Todo depende de lo que le puedas pagar a la Fiscalía, jueces y policía”.

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