TELEVISIÓN

Un hostelero, contra Chicote: “Tendrían que investigarlos por cómo engañan”

El dueño del Leña y Carbón arremete contra el programa del cocinero y cuenta los entresijos de las grabaciones, para las que le pidieron que no limpiase.

Chema, el dueño del restaurante Leña y Carbón, por el que pasó Alberto Chicote en su último Pesadilla en la cocina, ha estallado en Facebook contra el cocinero y el equipo de grabación del programa, y ha revelado los entresijos de cómo se desarrolla todo el proceso que hay detrás de la emisión, lo que no deja en muy buen lugar al chef.

Aunque esta grabación en Puertollano (Ciudad Real) tuvo lugar en marzo, el hostelero aprovechó la emisión del espacio, en el que llegó a mandar “a tomar por culo” al cocinero, para desahogarse en redes sociales, calificando el espacio de reality, y también en una entrevista a El HuffPost, donde se quejó de que el programa se centró en cambiar el mobiliario y el menú de El Calamar, el otro restaurante que tenía y que ahora se encuentra cerrado, y que únicamente permanece abierto el Leña y carbón, y con los mismos clientes de siempre.

“Con Chicote fue muy mal no, lo siguiente. Ellos te lo pintan de tal forma como que es beneficioso para el negocio, te lo pintan tan bonito que aceptas. Te dicen que va a ser natural para que pienses que es como cualquier otro día, pero no es así”, explicó.

Chicote con el dueño del Leña y carbón, en 'Pesadilla en la cocina'.La Sexta

Chema había pensado que todo lo que había leído a otros hosteleros sobre los problemas durante las grabaciones era mentira, y que su paso por el programa sería beneficioso para sus negocios, pero no: “Sabes el día y la hora a la que llegan y no vas a permitir que saquen todo lo que sacan de todos los sitios. Es como si me dicen que mañana voy a tener una inspección y sabes que llegan a una hora y lo tienes todo hecho una mierda, sabes que te va a caer… Pero es que ellos le decían a los camareros que no limpiaran y que lo dejaran guarro para que más gente viera el programa”.

Tal fue su decepción que pensó incluso en el suspender la grabación del programa, pero las consecuencias de llevarlo a cabo eran peores, ya que por contrato sería sancionado con una cantidad importante: “Ellos tienen un contrato y hay una penalización de 24.000 euros si lo incumples. Además, tienes que hacerte cargo de las treinta personas que traen entre el equipo de cocina, cámara, etc.”.

Para Chema, los problemas que se ven durante los programas son consecuencia de la intromisión del propio equipo de televisión en el funcionamiento del local. Y eso lo vio cuando ofrecieron un menú a medio centenar de personas: “Les dije que necesitaría otro camarero más y no me dejaron por contrato. Ellos pasaron a todos y les dijeron que podían pedir lo que quisieran. Tenía unos amigos y les prohibieron levantarse. Son ellos los que te generan todos los problemas”.

Tendrían que ser investigados por cómo engañan a los telespectadores y defraudan a la gente que dicen que van a ayudar. Piensas que si vendes dos puedes vender cinco con su ayuda, pero no. Suena bien, pero no es nada real, cortan donde quieren. Solo buscan su beneficio sin importar la realidad”, añade.

Malas palabras para el cocinero

Si ya durante el programa emitido se vio que la relación entre el hostelero y Chicote no era la mejor, Chema tampoco se cortó un pelo en hablar de la poca sintonía que sintió con el chef detrás de las cámaras: “Es una persona que saludaba y decía hola cuando decían que iban a grabar. Fuera de cámara, muy mal, es una persona antipática y borde, y con las cámaras es como si fuese muy buena. Sacan lo que ellos quieren”.

Sobre el equipo que elabora los menús, explica: “Es brutal. Chicote no prepara el menú porque hay una chica por detrás que es espectacular. Él solo es la cara del programa”.

Acerca de la reforma que hicieron en su segundo restaurante, que ahora se encuentra cerrado, la cifra en unos 5.000 euros, aproximadamente. “Pintaron, cambiaron los tableros de las mesas y mantuvieron los pies, que es lo caro, pusieron cuatro adornos y poco más”, describe. Pero no le pusieron equipos de TPV, como él esperaba, ya que lo había visto en otros establecimientos que habían participado.

Me decían que diera juego porque si daba más juego él se gastaría más dinero en mí. Te van guiando durante la grabación y te lo justifican diciendo que te van a mejorar el local, así que cuando vi el resultado dije ‘vaya puta mierda’. Es un engaño. Te lo pintan de puta madre y a la hora de la verdad, nada”, concluye.

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