El vacile de Marc Cucurella a David Broncano en ‘La Revuelta’: “Trabajas poco y cobras mucho”

“Es un deportista muy top”, adelantaba Broncano al principio de la emisión. Bastaron veinte minutos para que la grada corroborase sus palabras con una de las entradas más peculiares que el plató de La Revuelta —así como el de su predecedor, La Resistencia— recuerda: Marc Cucurella descendió desde la parte superior del teatro, atravesando la zona de butacas, en una tirolina. “Hacemos la entrevista desde aquí”, dijo sonriendo y colgado de la cuerda.

Entró con un guiño a Pepe Reina, a quien se refirió como “medio portero, apurando sus últimos añitos para tener más patrimonio. Está forrado”. Preguntó Broncano por el número de hijos del zaguero, y Cucurella confesó que tiene 3 a sus 25 años. “Soy goleador”, expresaba, a lo que agregaba: “Mucho tiempo libre”. Tras asegurar, en clave de broma, que intentó que uno de ellos naciera en el País Vasco para que pudiera jugar en el Athletic, añadiendo que si no se le buscaba una abuela vasca, Broncano anticipó entre risas la esencia que marcaría todo el diálogo: “Has venido fullero, ¿eh?”.

Un pique constante de vaciles

Tenía para repartir. Recordó el pique que tuvo con Gary Naville y deslizó, entre risas, que Lamine Yamal, aunque fuera bueno, no tenía ingenio para soltar algunas frases tan finas como las suyas. Fue a más y ha revelado el vacile que tiene planeado para sus compañeros del Chelsea: dar la dirección del campo de entrenamiento del equipo inglés en el que milita para que le entreguen allí la réplica de la Eurocopa. “Este tío es un troll”, Broncano tampoco cabía en su asombro. El público coreaba su nombre. Cucurella, un tío querido.

Tras el aluvión de regalos, tormenta de generosidad en el que el futbolista entregó a Broncano, entre otras cosas, una réplica del anillo que le dieron a todos los integrantes de la selección tras conquistar el magno trofeo del Viejo Continente; y Broncano, agradecido, le entregó un álbum de cromos en el que se veía al defensa realizar diferentes acciones.

Entonces Cucurella sacó el fino puñal del ingenio. El presentador jienense deslizó que los futbolistas entrenan poco en comparación con otros deportistas y el lateral sonrió y le atizó: “Como tú, trabajas poco y cobras mucho”. El público estalló. “Este chaval es un mapache, te salta al cuello”, decía Broncano. Faltaba más. Tras intentar sonsacar el presentador cómo era su relación con Grimaldo, su competidor natural, Cucurella despejó fantasmas al asegurar que eran muy amigos y que la competencia no significaba enemistad. “Como tú con...”, dejó caer, refiriéndose a Pablo Motos y El Hormiguero. “Podemos jugar los dos, hay partidos para todos”, resolvía Broncano.

Recordó el presentador la ‘mano’ de Cucurella en el partido contra Alemania, no pitada por un resquicio del reglamento, y el defensa catalán confesó lo mal que lo pasó. “Estaba cagado”, dijo, vacilando con que conocía al árbitro de la liga inglesa: “Me debía una”. Rememoró su asistencia a Oyarzabal en la final: “Fue de escuadra y cartabón”. Era Cucurella en su máximo esplendor. “Aprendiendo”, dijo a la pregunta de qué tal con el inglés. “Mientras paguen”, respondió a su relación con el dueño del Chelsea.

Las preguntas clásicas

Le brillaban los ojos y se reía al escuchar la clásica pregunta del dinero. “Me he comprado una casa en Londres. Así que... entre 5 y 10. O subiendo”, respondió. “Eso es lo que ganas al año, Marc, me estás mintiendo”, replicó Broncano, a lo que añadió: “Entre 10 y 20″. Asintió.

Luego llegó el turno del sexo. “Me han dicho que si contesto... el siguiente mes, sequía”, contestó. Pensó y calculó. “Me la voy a jugar. Tengo tres hijos, los suegros en casa, que están molestando o ayudando, depende del día. Dos semanas con la selección... entre siete y diez”, dijo. A Broncano se le encendió la bombilla: “Igual que el dinero”.

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