TELEVISIÓN

Ramón García explica qué tiene que tener un pueblo para participar en ‘El Grand Prix’

En una entrevista con la defensora de la audiencia de RTVE, María Escario, el bilbaíno ha confirmado que la población debe oscilar entre los 5.000 y los 10.000.

El regreso a la televisión de El Grand Prix ya es una realidad. El conocido como “el programa del abuelo y del niño” volverá a Televisión Española a finales del mes de julio, según las previsiones estimadas por el ente público. Para presentar el formato y hablar sobre su regreso a la cadena pública, ‘Ramontxu’ ha hablado con la defensora de la audiencia, María Escario.

Me remueve muchas cosas dentro. Estoy nervioso, mucho más nervioso que cuando lo estrenamos. Tengo una ilusión increíble porque vuelva El Grand Prix, por juntar a la familia frente al televisor. Estoy expectante por ver cómo va a reaccionar la gente”, ha confesado sobre un programa de entretenimiento que ha regresado a TVE después de dieciocho años.

Hace unos días se conocieron los ocho pueblos que formarán parte de las siete entregas que se emitirán en este 2023. Unos municipios que gozan de una suerte que otros muchos pertenecientes a cualquier punto de España querrían lograr. “Hay un criterio, que es que su población esté entre 5.000 y 10.000 habitantes. Cuando planteamos el programa queríamos dar visibilidad a las localidades pequeñas. No hay nadie que pueda pagarse una campaña de publicidad como ir al Grand Prix. Estos pueblos gracias a nuestros programas se convertían en los más visitados de España”, ha explicado.

Se mantienen las pruebas clásicas

Sin dar más detalles de los justos –ya se explicarán en una rueda de prensa que se celebrará el cinco de julio-, García ha adelantado que el concurso mantendrá su esencia histórica. Por ello, aunque existe cierta modernización para adaptar el formato a los nuevos tiempos que corren, las pruebas más míticas del programa se seguirán realizando a excepción de aquellas que conllevaban la presencia de vaquillas.

“El equilibro está en buscar juegos nuevos, cortinillas más modernas y mantener los juegos clásicos. ¿Cómo podemos prescindir de los troncos locos, los bolos, la cinta transportadora o la patata caliente?”, ha adelantado. En esta misma línea, aunque ya fue una constante desde el principio de la producción de los programas, la paridad en los juegos está totalmente garantizada.

Formato eliminatorio

Otra de las grandes diferencias de la nueva edición del Grand Prix es el formato clasificatorio que van a poner en liza. Mientras que históricamente siempre había habido trece programas con una final entre los dos pueblos con más puntuación, ahora habrá un formato eliminatorio “al estilo Champions” que consistirá en cuatro cuartos de final, dos semifinales y una final.

El pueblo que resulte ganador recibirá un premio económico “que tendrá que ser invertido en el pueblo”. “No da como para un polideportivo, pero igual ayuda para algo”, ha bromeado García, que ha contado la anécdota de que el primer ganador, Cudillero, montó una oficina de turismo con el dinero del premio. Otra localidad, según Escario, destinó el montante a hacer una estatua de Ramón García.

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