Qué fue de Alicia Silverstone: de mito erótico gracias a Aerosmith a sufrir una cruel persecución

Un rápido ascenso a la fama y una caída igualmente meteórica. Así puede resumirse la trayectoria de Alicia Silverstone, que pasó de acaparar toda la atención de la industria del entretenimiento en los años noventa del siglo pasado a ser una de las primeras víctimas del tan extendido acoso que se fabrica hoy en día con tanta normalidad en las redes sociales.

Solo que en aquella época internet estaba despegando y las andanadas provenían de un sistema opresivo más tradicional pero todavía muy poderoso en el que las publicaciones especializadas, los estudios y los publicistas hacían y deshacían a su antojo. Y Silverstone fue víctima de una persecución brutal que alcanzó su punto álgido con Batman y Robin (1997) cuando ella apenas tenía 21 años.

Porque la irrupción de la actriz californiana se produjo mucho antes. En 1992 ya apareció en un episodio de Aquellos maravillosos años y en 1993 debutó en Veneno en la piel. Esa actuación llamó la atención Marty Callner, que iba a dirigir el vídeo de ‘Cryin’ de Aeorsmith, y no solo protagonizó es sino también el de ‘Amazing’ y ‘Crazy’ convirtiéndose en la musa de la banda de rock americana, en nuevo mito erótico y en la actriz más prometedora del momento gracias a Fuera de onda (1995), su primer gran éxito.

Después de aquello, le llegaría la oportunidad de su vida para convertirse en la reina del mainstream con la ya mencionada cinta sobre el héroe de DC Comics, pero la película no caló hondo entre crítica y público y el físico de Alicia Silverstone, que había engordado, fue objeto de escarnio público de una manera sonrojante.

Ese hecho y un rechazo a formar parte del star system provocó que poco a poco fuera perdiendo el interés por la interpretación. “Me abrumó mucho ser famosa porque era una chica muy joven y en realidad nunca fue mi intención. Fue realmente extrema la forma en que se hablaba y se habla de mí. Creo que me desconcertó mucho”, explicaba en 2020 a The Guardian.

“Se burlaban de mi cuerpo cuando era más joven. Era hiriente, pero sabía que estaban equivocados. No estaba confundida. Sabía que no estaba bien burlarse de la forma del cuerpo de alguien, no me parece que sea correcto hacérselo a un ser humano”, añadía.

Y así fue como poco a poco fue perdiendo ese brillo de los inicios y decidió aprovechar su estatus para involucrarse en causas solidarias en defensa de la infancia, de los animales o del planeta. Nunca ha dejado de actuar ya que en las últimas dos décadas ha aparecido aquí y allí e incluso ha participado en algunos proyectos remarcables, pero nunca alcanzó las expectativas que la industria había dibujado para ella. No le dejaron. Tampoco parece que le importe demasiado.

“Hubo circunstancias de trabajo que no fueron muy favorables en cuanto a cómo se dieron las cosas. Y no, no dije ‘jódete’ y salí como una guerrera, sino que me alejé y dije, vale, ya sé lo que es eso y he terminado, no me voy a acercar a eso otra vez”, explicaba. “Con el tiempo decidí que tenía que encontrar la manera de poder ser actriz y activista al mismo tiempo, así que eso es lo que hice”, zanjaba.

Y en esas anda. A sus 45 años tiene varios proyectos cinematográficos en marcha que compagina con las diferentes causas que apoya y es cofundadora de mykind Organics. Puede que no haya tenido la carrera que algunos esperaban, pero al menos ha mantenido siempre su independencia y ha sabido reinventarse y adaptarse con el paso de los años.