La historia de Chueca: ¿por qué es el barrio por excelencia del Orgullo Gay en Madrid?
Te contamos la historia de Chueca y su relación histórica con el movimiento LGBT desde los inicios de la celebración del Orgullo en Madrid.
El 28 de junio de cada año tiene lugar la celebración del Orgullo LGBT a nivel mundial y Madrid siempre se muestra al mundo como uno de los epicentros de este movimiento. Las calles de la capital se engalanan con banderas de arcoíris y un ambiente solo propio de estas fechas, pero si hay un lugar en el que el Orgullo es más representativo durante toda la semana, ese es el barrio de Chueca.
El pasado de Chueca y su relación con el Orgullo
A finales de los 80, más concretamente en 1989, un pequeño barrio localizado en la zona centro de Madrid pasó a ser la ‘sede central’ de la comunidad LGBT para la celebración del día del Orgullo. El Orgullo LGBT puede definirse como un movimiento reivindicativo por el que personas de todo sexo biológico, orientación sexual o identidad sexual exponen sus ideas de tolerancia de forma pública.
Cabe destacar que esta celebración supuso un antes y un después de un barrio que entre los 60 y los 80 era una zona que rozaba la marginalidad en la que destacaban las elevadas cuotas de mortalidad entre la gente joven. El Orgullo LGBT cambió por completo el barrio de Chueca hasta transformarlo en un sitio de concordia donde la comunidad gay y lesbiana de Madrid estableció su lugar de referencia.
La transformación de un barrio marginal
La injusta y continua discriminación sufrida de parte de la sociedad hacia este colectivo en otros barrios de Madrid supuso una ‘migración’ pocas veces vista en la capital. La degradación de las viviendas de la zona, unida a la escasa sensación de seguridad, fue uno de los aspectos destacados de este aumento de población, ya que el precio de los alquileres era muy bajo para una zona localizada en pleno centro de Madrid.
A principios de los 90, Chueca continuaba siendo un barrio en el que la inseguridad era uno de los aspectos que más ahuyentaban a los turistas. La alta incidencia de la heroína en España entre los más jóvenes transformaba plazas y calles enteras en mercados improvisados con un consumo de droga habitual. No obstante, el paso de los años fue transformando el barrio en una zona cada vez más habitable que se erigió como el epicentro de un de una fiesta que se lleva celebrando desde hace más de 30 años
El origen de esta festividad tuvo lugar en Stonewall (Nueva York, 1969) como un movimiento por los derechos de personas homosexuales, bisexuales y transexuales que consiguió establecer los valores de la tolerancia en todo el mundo. De esta forma, Chueca fue abandonando poco a poco la etiqueta de barrio marginal para convertirse en una de las zonas más transitadas y exclusivas de Madrid.
Un lavado de cara con grandes personalidades
Con el paso del tiempo, Chueca fue dejando a un lado los bares oscuros a los que solo se podía acceder a ciertas horas y donde aún se utilizaban timbres y contraseñas para dar paso a una mayor transparencia social. Las banderas arco iris fueron inundando los comercios, los balcones, los bares, las librerías... En general, un nuevo aire moderno y rejuvenecedor había llegado para quedarse a un barrio que hace escasos años poca gente se atrevía a pisar.
En esta época de transición destacan nombres tan importantes como Alfonso Llopart (Director de la revista Shangay) y Miguel Ángel Sánchez (presidente de COGAM) que resumía muy bien la evolución de la llegada del colectivo al barrio con estas declaraciones: “Estábamos aquí porque era donde nos dejaban, no porque fuera un barrio positivo y abierto, era un barrio muy degradado y como todo barrio degradado, dejaban entrar a los marginados, porque éramos unos marginados más”.
En otro apartado aparece la figura de Pedro Zerolo, uno de los activistas más conocidos del movimiento LGBT que luchó por los derechos de la comunidad desde el ámbito político y social. Es más, el abogado, fallecido en el año 2015, cuenta con una plaza en el barrio a su nombre que suele ser uno de los lugares de encuentro más habituales del barrio en la actualidad. Tampoco puede quedar en el olvido la mundialmente conocida Mili Hernández, una de las personas más queridas de estas calles gracias a la librería Berkana, la primera de toda España especializada en temas LGBT que abrió sus puertas en 1993.
Los negocios fueron prosperando y los hosteleros comenzaron a alquilar y adquirir cada vez más locales en una zona que estaba en pleno auge. La diversidad se convirtió en uno de los aspectos más destacados del barrio y el colorido comenzó a ser algo habitual en cada escaparate. Las tiendas de contenido sexual también encontraron su lugar en Chueca y bares como Delirio, Black & White, Fulanita de Tal y Long Play, entre muchos otros, contribuyeron a generar un ambiente nocturno único.
Los primeros pasos del Orgullo en Chueca
El año 1994 fue el elegido por la comunidad LGBT para llevar a cabo la primera gran reivindicación en Chueca. Por aquel entonces, los desfiles y marchas no tenían nada que ver con el gran evento que se puede ver en la actualidad. Sin embargo, esta celebración improvisada impuso las bases de lo que hoy conocemos como el día del Orgullo Gay o Orgullo LGBT en Madrid.
La asistencia inicial a estas reivindicaciones y manifestaciones no solía superar los mil participantes en unos recorridos que, casi siempre, acababan en la Puerta del Sol. En los años 90, la opinión de la sociedad hacia la comunidad LGBT era mucho más tóxica e intolerante que la que tiene lugar en la actualidad, algo por lo que, precisamente, es tan importante continuar con este movimiento en todo el mundo.
Con el paso de los años, la celebración del Orgullo en España fue aumentando las cifras de asistentes para dar el salto a nivel internacional en 2007 con la llegada del Europride. El EPOA o Orgullo Europeo aterrizó en Madrid como un auténtico vendaval de visibilidad y tolerancia en el que todas las personas LGBT disfrutaron de la diversidad en todo su esplendor. De esta forma, Chueca resonó por primera vez a fuera de las fronteras españolas como barrio LGBTI gracias a una asistencia aproximada de un millón de personas de todo el mundo.
De barrio marginal a zona cosmopolita
Chueca ha pasado de ser uno de los barrios marginales menos recomendados del centro de Madrid a una zona cosmopolita y llena de vida. Un lugar que alimenta, y con grandes aportes, a la vida nocturna y social de la capital. No hay duda que Chueca se ha transformado en una de las zonas más exclusivas y caras de Madrid, un lugar que incluso se puede equiparar con el Soho de Nueva York como referente internacional del movimiento LGBT.
Paso a paso y con mucha lucha. Así como se forjó la etiqueta de Chueca como un barrio internacional en el que todo tipo de visitantes celebran la libertad individual en pintorescas y rebosantes calles. Una marca internacional de la que Madrid presume cada año y que deja cientos millones de euros en las arcas de la Comunidad gracias al turismo nacional e internacional. Así es Chueca, un antiguo barrio marginal reconstruido a base de tolerancia que el movimiento LGBT ha transformado en uno de los epicentros de diversidad más importantes del mundo. El barrio de todos.