TELEVISIÓN

Pablo Motos, sobre los peores invitados de ‘El Hormiguero’: “No se merecen ni cinco minutos”

El presentador ha sido el invitado de ‘Joaquín, el novato’, donde ha contado las dificultades para vender el programa y sus momentos más delicados.

Pablo Motos ha sido el invitado de honor del programa de Joaquín, ‘El novato’. Un espacio donde el presentador valenciano ha hecho esta vez de entrevistado, revirtiendo su papel con el futbolista del Betis, quien no ha querido dejarse nada en el tintero con su amigo. Un programa en el que han hablado de su vida personal y profesional, donde no todo ha sido fácil.

Motos ha hablado de ‘El Hormiguero’, un espacio que ya es historia en la televisión en España, pues noche tras noche sigue alcanzando grandes cuotas de audiencia con las que se corona junto a Antena 3. Pero, al principio, costó mucho vender su idea a la pequeña pantalla, pues todo partió desde su programa de radio, ‘No somos nadie’, llamando a su audiencia hormiguitas: “No somos nadie, somos hormiguitas, que tenemos una opinión de la vida”.

“Cuando íbamos a hacer un programa de televisión, nosotros teníamos ya un millón de hormigas, así que decidimos llamarlo ‘El Hormiguero’. No fue fácil vender la idea del programa. Cuando hablaba de que iban a salir dos muñecos de debajo de la mesa, pensaban este tío es idiota”, ha confesado, y fue entonces cuando le dijeron que sí, que querían apoyar a un programa de autor: “Yo no sabía tampoco que era un programa de autor, pero me salvó el culo”, ha añadido.

Los días más difíciles de su vida

El programa se estrenó, primero en Cuatro y ahora en Antena 3, donde sigue con el mismo brillo que al principio, donde todos los días continúan recibiendo la visita de grandes celebridades nacionales e internacionales. Sin embargo, no todo ha ido bien en la vida de Motos en estos años, pues también ha tenido altibajos, y de ello ha hablado con Joaquín, como cuando murieron sus padres y fue a trabajar a pesar de ello.

“Cuando murió mi padre, le fui a enterrar y me acordaba de su frase de que un hombre tiene que ser serio con el trabajo, yo no le podía fallar. Cuando el dolor es tan grande y no lo conoces, tú no te puedes controlar”, ha señalado, admitiendo que fue Alejandro Sanz quien le ayudó a pasar ese mal trago: “Me salvó Alejandro Sanz, que se portó conmigo como un caballero”.

No fue el único, pues cuando falleció su madre, quien le acompañó fue otra artista, Laura Pausini, quien también apoyó al presentador: “A mi madre se le caían los chistes y yo intenté acordarme de su alegría durante el programa para no llorar”. Pero, al final, le dedicó el programa a su madre y rompió a llorar en un cálido abrazo con la cantante italiana.

Los peores invitados en el programa

Además, durante esta larga trayectoria en ‘El Hormiguero’ (2006-actualidad), Motos ha tenido que lidiar con multitud de grandes rostros, y algunos de ellos han resultado ser de lo más complicados, algo por lo que se ha interesado Joaquín “para no invitarles aquí”: “Hay una ley en el show y es que nunca puedes decir el nombre de los malos invitados. Pero te digo que me he encontrado con gente que no se merecen ni cinco minutos”.

Pero este no es el único problema que puede aparecer ya en el plató de Antena 3, y es que cuando cree Motos que lo hace mal, se enfada, y mucho: “Me cabreo muchísimo. Mi mujer que es la coordinadora de guion, le pido que no me hable, porque yo entro en descompresión, que me dura hasta la entrevista del día siguiente. Me empiezan a sudar los riñones”.

Su susto con el bótox

Otro capítulo que ha cambiado su vida vino con su cambio de imagen, y es que Pablo Motos pensaba que debía cambiarla para seguir triunfando en televisión: “Pensé que debía mejorar mi imagen, así que quería los dientes más blancos”, ha comenzado explicando.

Es por ello que el presentador decidió cambiarse los dientes en un solo día, en verano, y al día siguiente, operarse la vista. “Es una animalada”, le dijo su dentista, aunque él siguió adelante, quitándose todas las dioptrías a pesar de tener un ojo vago: “Al día siguiente veía doble y de los nervios me había roto todos los dientes. Empecé a apretar y como el pegamento llevaba muy poco tiempo, me dejé algunos dientes para fuera y otros para dentro. Me quitaron lo de los ojos y veía a mi mujer dos veces, veía doble”.

También optó por ponerse bótox en el hotel macrobiótico, aunque su mujer le había desaconsejado hacerlo: “Me empezaron a pinchar y yo sentía que se me inflaba la cara por dentro. Me dijeron que había quedado fenomenal y pensé: ‘Mi mujer no se va a enterar de nada’”. Sin embargo, al verse en el ascensor, pudo observar cómo tenía los ojos achinados y no podía mover la cara: “Yo me asusté, intentaba hacer gestos y no me iba la cara. El bótox te deja todo eso muerto. Estuve todo el verano tocándome para ver si me volvían las arrugas. En el inicio de esa temporada de ‘El Hormiguero’ no me podía reír”, ha concluido.

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