Hugo Fernández, educador canino: “Para un perro, las fiestas pueden ser agotadoras”
3 de cada 10 personas siente ansiedad al separarse de su perro: lo que más les preocupa es que sufra estrés o vea alterados sus hábitos de alimentación.
El 50% de los tutores caninos teme que su perro se sienta abandonado cuando viajan sin él. Así lo revela un estudio elaborado por la compañía de reservas Booking, cuyos resultados muestran el papel clave que el perro está adquiriendo para los españoles en sus decisiones de viaje. 1 de cada 3 españoles viajaría más a menudo, y lo haría también a destinos más lejanos, si fuera más fácil llevar a su perro consigo.
En paralelo, muchos tutores afirman que viajar sin su perro no es solo una cuestión logística, sino también emocional. El 20% de los españoles reconoce sentir ansiedad al separarse de su perro, y esta preocupación muestra cómo el bienestar animal ha pasado a primer plano: les inquieta que su perro sienta que ha sido abandonado y lo pase mal (42%), que sufra estrés (30%), o que cambie sus hábitos alimentarios y eso le afecte (28%).
Sin embargo, y cuando no pueden llevárselo por las limitaciones existentes, el vínculo entre los viajeros y sus animales se mantiene intacto: el 30% revisa fotos antiguas estando de vacaciones, el 18% recurre a videollamadas y el 36% vuelve con un recuerdo para su compañero.
Unos datos que corrobora el divulgador y educador caninoHugo Fernández, fundador del centro de educación En clave de can: “El volumen de búsquedas de alojamientos que permitan animales aumenta significativamente y, por ejemplo, citando cifras de la plataforma Booking.com, el turismo pet-friendly es una tendencia del año con más de siete millones y medio de búsquedas en su plataforma y la etiqueta de ‘Alojamientos que admiten mascotas’ como tercera más usada del año globalmente”, explica para AS.
“El perro ha dejado de ser un acompañante ocasional para convertirse en un miembro real del sistema familiar. Ya no hablamos solo de permitir que esté, sino de integrarlo en las decisiones importantes, como las vacaciones. Este auge refleja una relación más consciente y emocional, donde las personas empiezan a preguntarse qué necesita su perro para estar bien y no solo si se porta bien. Es un cambio positivo, siempre que vaya acompañado de responsabilidad y conocimiento sobre bienestar animal”, agrega.
Viajar con animales en Navidad
Para el experto, se viaja más con animales tanto por una mayor conciencia de su bienestar y nuestras propias emociones como por la culpa de dejarlos atrás. “Creo que conviven ambas cosas. Por un lado, hay más conciencia sobre el vínculo emocional y sobre lo mal que algunos perros gestionan la separación. Pero también hay emociones humanas muy presentes, como la culpa o la dificultad para desconectar si no sabemos cómo está nuestro perro. Según un estudio de Booking.com en nuestro país, cuatro de cada diez españoles reconocen sentir ansiedad al separarse de su perro e inquietud de que su mascota sienta que ha sido abandonada y lo pase mal… El reto aquí está en no decidir desde la culpa, sino desde el bienestar real del animal. A veces viajar juntos es lo mejor, y otras veces no. Lo importante es saber leer a cada perro y elegir lo que más le beneficia a él”, apunta.
De acuerdo con el experto, esto es lo que debemos tener en cuenta a la hora de viajar con animales: “Lo primero es evaluar cómo gestiona el perro los cambios, el movimiento y los entornos nuevos. No todos los perros disfrutan viajando. También hay que tener en cuenta su estado físico, su edad y su tolerancia al estrés. Después, valorar si el viaje está bien preparado: transporte, alojamiento, descansos, ritmos. Si el viaje implica demasiados estímulos o improvisación, quizá sea mejor que se quede en un entorno conocido. La pregunta no es ‘¿puede venir?’, sino ‘¿va a estar bien?’”.
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“Desde mi punto de vista, el error más común al dejarlo al cuidado de otra persona es pensar que ‘como es buena persona, ya está todo hecho’. Muchas veces no se mantienen rutinas, horarios de paseo, tipo de comida o normas básicas del día a día. Ahí es importante que los tutores sepamos dejar claro ciertas pautas por escrito, por ejemplo. Otro error frecuente es no explicar cómo se comunica el perro, qué le estresa o qué necesita para relajarse. También se tiende a sobre estimularlo: demasiadas visitas, demasiados cambios, demasiada actividad. Para un perro, las fiestas pueden ser agotadoras si no se cuidan estos detalles”, agrega.
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