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Obi Mikel habla del secuestro de su padre: “Me las arreglé para pagar mucho dinero”

Su padre, Pa Michael Obi, fue secuestrado primero en 2011, y también en 2018, justo antes de que el jugador jugase frente a Messi en el Mundial de Rusia.

John Obi Mikel se ve reflejado en Luis Díaz. El futbolista del Liverpool está atravesando un momento muy delicado en su vida, y es que su padre ha sido secuestrado. Un duro episodio que ya vivió el exjugador nigeriano hasta en dos ocasiones, pues su padre fue secuestrado por primera vez en 2011, y después, en 2018, horas antes de enfrentarse el jugador a la Argentina de Messi, recibió una llamada de su familia en la que le informaban del nuevo secuestro de su padre, Pa Michael Obi.

Todo ocurrió en la víspera del partido entre Nigeria y Argentina en el Mundial de Rusia del 2018. Un secuestro sobre el que ha hablado ahora en una entrevista concedida a ‘talkSPORT’: “Mi padre fue secuestrado mientras yo jugaba para la selección nacional en el Mundial de Rusia 2018 y estábamos a punto de jugar contra Argentina. Dos horas antes del partido recibí una llamada telefónica de mi hermano diciéndome que mi padre había sido secuestrado por segunda vez en Nigeria”.

“Fue secuestrado por primera vez y hablé con los secuestradores y me exigieron mucho dinero, que finalmente pagué antes de que mi padre fuera liberado. Fue absolutamente impactante. La primera vez fue impactante, pero la segunda vez fue aun más impactante porque estaba a punto de entrar en uno de los partidos más importantes de mi vida”.

Un momento muy delicado, pues tuvo que enfrentarse también al dilema de jugar aquel partido: “El solo hecho de saber que mi padre ha sido secuestrado de nuevo fue absolutamente desgarrador. No podía salir de la habitación. No podía decírselo a nadie. Estuve solo en la habitación durante unos 30 minutos, pensando: ‘¿Qué voy a hacer? ¿se lo digo al gerente? ¿se lo digo a mis compañeros? ¿o debería hacer un anuncio?’”.

“Así que lo pensé. Yo estaba como, está bien, ¿sabes qué? Me voy a quedar callado. Llamé a mi madre y a mis hermanos, todo el mundo lloraba por teléfono. Me decían que no saliera a jugar porque no iba a poder rendir bien. Me tomé un tiempo por mi cuenta y decidí que iba a salir a jugar. Así que no se lo dije a nadie. Entré en el campo y jugué. Lamentablemente, no ganamos el partido y después de eso se lo dije a todo el mundo. En el vestuario, el entrenador y algunos de los jugadores estaban casi llorando. Decían que debiste habérnoslo dicho y no jugar”, ha añadido el exjugador del Chelsea.

Román Abramóvich le ofreció ayuda

Respecto al secuestro, Mikel ha confesado que el por entonces dueño del Chelsea, Román Abramóvich, le ofreció su apoyo y su ayuda. “El Chelsea me apoyó mucho. Recuerdo que Román me dijo: ‘¿Quieres que envíe gente? Porque sé que si envío gente, puedo sacar a tu padre’. Yo estaba como: ‘¿Cómo vas a hacer esto?’ Me dijo que no me preocupara por eso. Déjame, si quieres esa opción, puedo hacerlo”.

“Tenía a mi padre en el teléfono llorando por teléfono y diciendo que podían darles lo que querían porque me han golpeado aquí y ponen una pistola sobre mi cabeza cada vez que dicen que me van a matar. Me las arreglé para pagar mucho dinero para que liberaran a mi padre”, ha concluido.

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